ACADEMIA
Género y sexualidad
Seminario Permanente Perspectiva de Género 2022
Como parte de las sesiones del Seminario Permanente Perspectiva de Género 2022, organizado por el Centro de Investigación y Estudios de Género de la Escuela Nacional de Trabajo Social (CIEGENTS) se realizó el 25 de marzo la mesa Género y sexualidad, en la que participó como ponente la Dra. Fabiola Pérez Baleón, profesora de la ENTS.
Inició señalando la diferencia entre género y sexo, el sexo se refiere a las características biológicas y fisiológicas que definen al hombre y a la mujer; mientras que el género se refiere a los atributos sociales asociados a ser hombre o mujer. Estos roles se establecen y se aprenden en la sociedad, son específicos al contexto o tiempo, y pueden cambiar.
El género determina lo que se espera, se permite y se valora en una mujer o un hombre en un contexto determinado. El hombre y la mujer son categorías sexuales, mientras que lo masculino y lo femenino son categorías de género.
El sexo psicológico se expresa a través de la identidad sexual que consiste en la convicción que tenemos las personas de pertenecer a un sexo o al otro. La identidad sexual es la interiorización del género y el género es la expresión pública de identidad sexual.
Este sentimiento de ser un hombre o una muer comienza a partir de los 2 a 3 años y se expresa mediante conductas de lo que se espera de mí por ser de un sexo u otro mediante el aprendizaje social.
Desde pequeños las mujeres y los hombres tienden a apegarse a pautas de género tradicionales que no permiten una flexibilización de ver opciones de vida y alternativas de decisión.
Definió a la identidad de género como la convicción de pertenecer a un sexo, personas que se identifican con un sexo determinado y con todos los atributos de género; y la orientación sexual o del deseo, lo que produce un deseo, una activación, una persona homosexual, heterosexual, bisexual, pansexual.
Señaló que las personas transexuales nacen con el sexo psicológico de varón y sexo cromosómico gonadal y fenotípico de mujer o al revés, y conlleva un intenso deseo personal de ser del sexo opuesto al del nacimiento a través de medios hormonales y/o quirúrgicos.
Explicó que la intersexualidad se define por la existencia de contradicción de uno o más criterios morfológicos que definen el sexo desde la estructura cromosómica, gonadal, genitales internos y externos, caracteres sexuales secundarios que están en contradicción.
Señaló que en algunos casos algunas personas nacen con genitalia que no cumple con los estándares de normatividad anatómica y eventualmente padecerán de disforia de género en la adolescencia, es decir, la sensación de incomodidad o angustia que pueden sentir las personas cuya identidad de género difiere del sexo asignado al nacer o de las características físicas relacionadas con el sexo.
Explicó que la sexualidad no es un concepto unívoco, ni acabado, sino más bien dinámico, polisémico y multifuncional. Se asume que las dos dimensiones centrales para su comprensión y estudio son la cuestión política y social. La sexualidad es experimentada y expresada en el marco de las relaciones de poder y de género que son variables, históricas y culturales.
Concluyó que la sexualidad no es ni inherentemente opresiva ni liberadora, existen determinadas formas de sexualidad que son opresivas; comprende la identidad, las actividades, prácticas eróticas y el deseo; está construida a través de diversas instituciones sociales productoras de discursos normativos que naturalizan la heterosexualidad como la norma y ordenan la vida sexual, la división de labores y los recursos domésticos y extra domésticos.
La feminidad y masculinidad son los extremos de un espectro de múltiples tipos corporales posibles y legítimos. “Entre el 0 y el 1 existe una infinidad de formas posibles de ser y de vivir la sexualidad, el género y la vida misma, no es soy hombre o mujer, es decir hay una posibilidad infinita tanto en lo sexual, como en el género, el sexo y la orientación sexual, no es algo establecido” concluyó.