UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO | ESCUELA NACIONAL DE TRABAJO SOCIAL
El 21 de abril se llevó a cabo la sexta sesión del Seminario Permanente Internacional: Perspectiva de Género 2023, coordinado por el Centro de Investigación y Estudios de Género de la Escuela Nacional de Trabajo Social.
En esta sesión se contó con la intervención de la Dra. Irene Casique Rodríguez del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, UNAM, quien abordó la conferencia Género y empoderamiento.
"Estamos en una sociedad donde la desigualdad de género impera en todos los espacios y relaciones. Las sociedades y las culturas han estructurado la interacción entre hombres y mujeres en un marco de distribución desigual de poder, prestigio, responsabilidades, tareas y beneficios".
Además, el género permea las instituciones sociales en la medida que este se refiere no solo a relaciones a nivel individual, sino también a un complejo arreglo de estructuras, prácticas y conductas, indicó.
A la par definió que el empoderamiento es una expansión en la capacidad de los individuos para tomar decisiones estratégicas de vida, es un proceso de ganancia de poder individual y colectivo, dinámico y en función de cada contexto específico.
"El empoderamiento es necesario para aquellas personas que por distintas circunstancias no han tenido la capacidad de apropiarse de su propia vida, de sus decisiones" advirtió.
Señaló que el empoderamiento de las mujeres es el proceso por el cual se transforman las relaciones desiguales de poder y las mujeres logran igualdad respecto a los hombres, un proceso en donde hay una transformación de las relaciones sociales y, en particular de las relaciones sociales basadas en la diferencia sexual.
A nivel institucional supone la extensión de todos los derechos sociales, políticos y económicos de las mujeres, y a nivel individual incluye procesos a través de los cuales las mujeres pueden para expresar y defender sus derechos, ganar autoestima, control sobre sus propias vidas, así como relaciones personales y sociales.
Agregó que, algunos de los elementos del empoderamiento implican la capacidad de cuestionar creencias y prácticas tradicionales; desarrollar una imagen positiva de sí misma y reconocer las propias capacidades; desafiar mitos y estereotipos acerca de la mujer en la sociedad; buscar acceso a nuevos tipos de información y conocimiento; tomar conciencia de los derechos de las mujeres; aprender a oponerse a prácticas opresivas dentro y fuera del hogar; organizar redes a nivel local y global a través de las cuales las mujeres puedan convertirse en una fuerza social, económica y política.
Consideró que, algunos de los procesos que facilitan el empoderamiento de las mujeres es el acceso a la educación, al trabajo remunerado, a recursos económicos, participación política; organización, trabajo en red y generación de conciencia.
Explicó que el empoderamiento contempla tres dimensiones: la agencia, que es la posibilidad de tomar decisiones de manera activa y desafiando relaciones de poder; los recursos, los medios a través de los cuales se ejerce la agencia; y los logros, en qué manera viven su vida las mujeres.
El empoderamiento de las mujeres no puede avanzar en contextos que impiden o dificultan el acceso de las mujeres a la sociedad. "Un primer obstáculo estructural es la pobreza, que limita el desarrollo individual y social, sostiene condiciones de discriminación y violencia, en la medida que limita el acceso a la educación, a la atención de la salud, al trabajo y los recursos productivos y a la protección social básica; un estado democrático débil y con escasa representación de las mujeres. Es necesario garantizar no solo la paridad en la participación política sino eliminar todos los obstáculos que condicionan y obstaculizan el desempeño de las mujeres que alcanzan puestos en el espacio político" dijo.
La autonomía económica, la precaria participación laboral de las mujeres; la división sexual del trabajo en las tareas domésticas y de cuidados son del mismo modo parte de los obstáculos del empoderamiento de las mujeres.
La promoción del empoderamiento debe desarrollarse en combinación con esfuerzos explícitos para cambiar los marcos culturales en que este proceso tiene lugar, apuntó.
"La apuesta a la educación juega un papel central, no solo como el acceso al conocimiento o la clave para el empleo digno sino fundamentalmente como una oportunidad para la toma de consciencia individual y social, y la capacidad de decidir y ejercer el protagonismo en la propia vida" refirió. Por ello, resaltó, es vital acompañar los programas y políticas de empoderamiento de las mujeres con campañas masivas de reeducación de hombres y mujeres en una cultura de género equitativa.
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