UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO | ESCUELA NACIONAL DE TRABAJO SOCIAL
Las mujeres y los hombres viven de manera diferente el tiempo " los hombres lo han vivido de forma lineal, mientras que las mujeres lo viven de forma circular, es decir, ellos salen de casa van al trabajo y del trabajo a la casa; mientras que las mujeres salen de casa, dejan a las hijas o hijos en la escuela, van a su trabajo, realizan compras y regresan a casa, lo que muestra los roles y estereotipos de género, diferenciando la carga de actividades y tareas entre ambos, en el ámbito privado y doméstico prevalecen las mujeres mientras en lo público se coloca a los hombres”.
Ante ello, es urgente la creación de políticas de cuidados con perspectiva de género y de corresponsabilidad para lograr una redistribución de los cuidados, erradicar violencias y avanzar en una igualdad de género, apuntó la Dra. Luz María Galindo Vilchis, profesora de asignatura de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, durante la quinta sesión del Seminario Permanente sobre necesidades y problemas sociales en México: Trabajo de cuidados en contextos de desigualdad.
En esta mesa de análisis denominada Cuidados en la diversidad familiar, realizada el 11 de abril en modalidad virtual a través del canal de YouTube de la Escuela, la también profesora de la Facultad de Estudios Superiores Aragón, señaló que en esta organización de tiempo a los hombres se les ha asignado la ocupación de proveeduría económica mientras que a las mujeres las labores de cuidados y domésticas, mismas que sostienen la vida. "El concepto de sociedad del cuidado reconoce que la vulnerabilidad es intrínseca a la condición humana, nadie es autónomo ni independiente".
Explicó que los cuidados son todas las actividades que permite la sostenibilidad del ecosistema que habitamos que involucran por un lado una serie de trabajos de cuidados remunerados y no remunerados. "El cuidado es un derecho humano, un bien jurídico de todas las personas" aseguró.
El estudio del trabajo de cuidados es muy reciente, desde la economía feminista se ha propuesto el concepto como las acciones destinadas a satisfacer las necesidades de cuidado propias o de otras personas, de manera remunerada o no remunerada. El cuidado es un derecho interdependiente que vincula otros derechos, refirió.
Los cuidados pueden estar dirigidos a las personas mayores, con discapacidad, hijas, hijos, amistades, pareja, mascotas e incluso el ecosistema.
Con el paso del tiempo las familias se han ido transformando, y con la pandemia surgieron otras condiciones y necesidades de acuerdo con la perspectiva feminista y la interseccionalidad.
Al respecto agregó que es importante analizar cómo han sido los roles femeninos y masculinos pensados en binario. Durante el confinamiento por Covid-19 hubo reconfiguraciones en la vida personal, laboral y familiar, por lo que resulta necesario considerar la diversidad cultural y familiar.
Destacó la importancia de reconocer las nuevas tipologías de las familias. Señaló 11 tipos de familias: Papá, mamá y niños; Familia reconstruida; Pareja del mismo sexo; Co-residentes; papá, mamá y jóvenes; Pareja joven sin hijos.; Papá solo con hijos; Familia unipersonal; Papá,hijos y otros parientes; Nido vacío y Mamá sola con hijos.
Dentro de la diversidad familiar, también existen familias lesbomaternales aquellas formadas por dos mujeres que tienen una relación erótico-afectiva con hijos- hijas biológicos o por elección, también hay familias homoparentales aquellas formadas por dos varones.
La panelista consideró que en las familias heterosexuales la división de tareas, está marcada por la visión del tiempo. "Hay una desigualdad de los cuidados en los hogares y las familias, ya sea heterosexuales u homosexuales, por lo que se requiere de una redistribución de los cuidados, que implica una reconceptualización en la que se incorporen los hombres en los diferentes niveles, se tiene que hablar de políticas de corresponsabilidad y de tiempo" advirtió.
En estas políticas de corresponsabilidad es importante determinar que hace el Estado, el mercado, las familias, comunidades y medios de comunicación. Así mismo se deben considerar las tres "R" del cuidado, reconocimiento, reducción y redistribución de los cuidados.
El logro de una corresponsabilidad efectiva tendrá un impacto en la reducción y prevención de las violencias, "cuándo los hombres participan en las labores domésticas hay una reducción de la violencia en esas familias y la distribución de tiempo es otra" finalizó.
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