ACADEMIA

Ética del cuidado para la vida

 

Las cuidadoras sostienen al mundo ¿Pero quién las cuida a ellas? Se requiere de una ética del cuidado como teoría vivida que ayude a avanzar en los cuidados y convertirlos en acción política, de reconocimiento. Hablar de política y justicia desde la epistemología del cuidado apunta a considerar las necesidades, las responsabilidades, trabajo ético y práctico, experto, afectivo, los entramados de vulnerabilidad, interdependencia, finitud, la organización social y el potencial creativo de los cuidados, consideró la Mtra. Angélica Yasmín Dávila Landa, Doctoranda en Antropología en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Socia (CIESAS) de la Ciudad de México.

El 21 de marzo en el Seminario permanente sobre necesidades y problemas sociales en México: Trabajo de cuidados en contextos de desigualdad social, la tercera sesión abordó la temática Ética del cuidado para la vida, la investigación social y la política.

La también coordinadora del Seminario de Investigación “Sociología Política de los Cuidados” en el Instituto Mora señaló que los cuidados tienen un gran impacto en las sociedades, al sostener y producir un beneficio integral para las personas, la economía, la política, sin embargo siguen siendo invisibilizados y relegados.

Es necesario su reconocimiento para aumentar el potencial de cuidados a nivel mundial de manera justa y equitativa, crear corresponsabilidad, así como extender su potencial creativo y transformador, refirió.

La especialista indicó que es necesario pensar en “cómo hacer que más personas cuiden, sin que sea desgastante o devastador para las trayectorias laborales y vitales, que sean distribuidos de manera equitativa en términos de satisfacción de necesidades”.

Al respecto compartió algunas reflexiones sobre la ética del cuidado como una teoría vivida que “no sólo se piensa y reflexiona, es una forma de sentí-pensar la vida, de incorporar esas reflexiones en el cuerpo, afectos y propia historia para aprender a vivir desde el cuidado mutuo, y hacer investigación desde las convergencias y diferencias para hacer política y construir justicia”.

Los seres humanos existen en entramados de vulnerabilidad, interdependencia y finitud, “somos interdependientes, lo que nos hace estar vinculadas y vinculados con el otro. De esta manera políticamente la ética del cuidado nos lleva a preguntarnos qué tipo de compromisos existen y a cuáles debemos orientarnos en un marco de justicia”.

Los trabajos de cuidados son procesos complejos organizados social, política y culturalmente. “El cuidado además de necesidad es un trabajo porque es práctico e implica actividades y relaciones concretas, situadas; es productivo, produce bienestar, regenera los cuerpos, las emociones, los vínculos, la reproducción social, la economía y el propio Estado, por lo tanto es un poder” subrayó.

Destacó la importancia de dar cuenta de ese poder “recuperando las desigualdades, las relaciones de dominación que generan que las personas que cuidan y que sostienen ese poder no puedan participar de los productos de este” dijo.

El cuidado es un trabajo relacional y afectivo, habla de compromisos prácticos que tenemos para con las y los otros, habla de corresponsabilidades sociales organizadas de manera desigual. Es un trabajo moral porque se hace todos los días, donde se encuentran visiones sobre el mundo, la vida, la justicia, la política. Además es un trabajo experto, donde se aprende y desarrolla en la práctica situada y contextual, no es una naturaleza, se aprende a cuidar en la práctica, indicó. 

“Es necesario reconocer que en el trabajo de cuidados, cuando ya se cuida, ya hay prácticas de construcción de justicia, amplias o articuladas, es decir, ya en sí mismo es político, lo que nos permite recuperar al cuidado como una agencia social y política”.

Enfatizó en la importancia de distribuir las responsabilidades del trabajo de cuidados y la satisfacción de éstos de manera más justa y equitativa. Ante ello, reconocer la expertise de las trabajadoras del cuidado “no para que cuiden más, sino para que compartan qué se requiere y cuáles son las necesidades, se deben hacer problematizaciones públicas al respecto, hacer público lo privatizado, común lo individualizado, sin negar las voces diferentes del cuidado, convertir las experiencias propias en experticia política y en problematización por lo público”. 

El cuidado es un tema que se requiere poner en primera línea de conversación y discusión, se debe encarnar y sentipensar como una forma de establecer relaciones humanas para producir conocimiento en conjunto, dialogar formas de documentarlo y hacerlo público, apuntó.

Para visualizar la sesión completa del seminario visita:

https://www.youtube.com/watch?v=yKNgAKWdwDY&t=4229s