ACADEMIA

El trabajo de cuidados requiere de una política social, inclusiva y múltiple

 

Es necesario romper con la idea de un cuidado universal, ya que existen diferentes tipos de cuidado dirigidos a diversas poblaciones, lo que demanda una política social inclusiva y múltiple en la agenda pública, que transforme y reconozca al trabajo de cuidados para que sea valorado y remunerado, así lo consideró la Dra. Leticia Robles Silva, profesora investigadora titular C, de la Universidad de Guadalajara, quien brindó la ponencia Trabajo de cuidado: Confusiones teóricas en una política social del Seminario permanente sobre necesidades y problemas sociales en México: Trabajo de cuidados en contextos de desigualdad social, el 14 de marzo a través del canal de YouTube de la ENTS.

Al hacer un esbozo histórico comentó que la política social busca responder a poblaciones con vulnerabilidad, sin embargo la especialista consideró que 3 paradigmas como: el cuidado de las y los niños; mujer-cuidadora; y mercado del cuidado, son supuestos teóricos que se encuentran desde el siglo XX, y actualmente continúan presentes con una realidad poblacional totalmente distinta, lo que ha permeado en una política social de exclusión.

El cuidado de las niñas y niños ha sido el paradigma dominante, toda la política social de cuidados está pensada en esta población, lo que deriva en la división sexual de trabajo con desigualdad de género.

Al respecto acotó que, la corriente de la ética del cuidado apunta que la mayoría de las cuidadoras son mujeres; el cuidado de las y los niños es un impedimento para ser trabajadoras; existe una distribución desigual del cuidado al interior de las familias. Por otro lado, existe una Teoría del parentesco y género muy permeada en América Latina, la cual piensa al parentesco en términos de consanguinidad con responsabilidades y obligaciones de cuidado hacia la madre.

“Existe otro paradigma que es la familia nuclear, el parentesco y el cuidado se piensa siempre la interior de este, por lo tanto el único cuidado considerado es el de las niñas y niños” dijo.

Subrayó que, el cuidado se piensa como concepto universal, lo que resulta erróneo, niñas y niños requieren de características que no tiene el cuidado de personas dependientes. “Son tipos de cuidado diferentes, definidos por el tipo de dependiente; por ejemplo niñas y niños sanos; NNA o adultos con discapacidad; y personas mayores, cada uno con sus particularidades”.

Del mismo modo, el cuidado es reducido a las tareas instrumentales y personales, como alimentar, bañar, transportar, llevar al médico, “lo que se construye a partir de la visión biomédica, y del proceso de maduración neurológica y muscular de las y los niños”.

Por otra parte, el paradigma de la mujer cuidadora es una afirmación que se ha construido como una acción totalitaria, donde las mujeres son quienes cuidan, incluso algunas veces a NNA y personas mayores al mismo tiempo.

La política social se ha pensado en liberar a la mujer del cuidado para que logre una inserción laboral. “Se hace una valoración social donde el trabajo es más importante que el cuidado, cuando las teorías feministas del cuidado de mediados del siglo XX señalaban que había que revalorizar el cuidado como una acción social importante en el mismo nivel del trabajo” aseguró. 

Derivado de ello, consideró importante “transformar las condiciones en las cuales se otorga el cuidado no sacar a quien cuida del cuidado” aseguró. Explicó que, otro de los problemas de la visión de la mujer cuidadora es pensar que únicamente el padre y madre son potencialmente cuidadores, lo que puede darse en una distribución igualitaria de tareas del cuidado entre hombres y mujeres. 

Actualmente hay cambios en las prácticas culturales del parentesco y la familia, existen familias por elección, parentesco no consanguíneo, jefas del hogar, madres o padres solteros, “las personas potencialmente cuidadoras ya no son sólo mujeres y hombres, ni parientes consanguíneos, hay una gama de opciones, personas de la comunidad LGBTTTIQ+, hasta múltiples padres y familias de afiliación”.

En el tercer paradigma el mercado del cuidado el Estado no regula ni supervisa. En el siglo XXI el cuidado está mercantilizado, se puede comprar como un servicio de cuidado de instituciones, agencias privadas, así como trabajadores o trabajadoras cuidadoras formales e informales, lo que se ha incrementado a partir de la longevidad poblacional y la tecnología médica que permite prolongar la vida. 

“Siempre ha existido un intercambio de dinero por cuidado, como el tema de la herencia y el cuidado, donde la hija o hijo menor se queda al cuidado de los padres y a cambio recibe sus bienes, prácticas culturales que han persistido” indicó.

Destacó que, en el mercado del cuidado han quedado invisibilidades las demandas feministas, lo que ha permeado en que el Estado se desentienda y no tome control sobre este. Esta invisibilidad ha generado que se vea al trabajo de cuidado por la familia como un trabajo no remunerado, advirtió.

De esta manera los paradigmas que dirigen la política social excluyen a otro tipo de cuidados, “no hay políticas realmente sociales dirigidas a los cuidados de NNA, a personas mayores, personas dependientes. La política social se ha centrado en las mujeres adultas, madres, y mujeres trabajadoras, no en la acción, existen programas fragmentados, los apoyos están centrados en los parentescos consanguíneos”.

Se ha colocado en la agenda pública como un asunto sólo de mujeres, se demanda un Estado benefactor en el otorgamiento de los servicios de cuidado, así como una distribución de responsabilidades de cuidado igualitario entre hombre y mujeres. 

Consideró que, se debe recuperar el concepto de cuidado como una acción social compleja, no es sólo tiempo y actividades instrumentales debe responder al cuidado como práctica social; es necesaria la ruptura de que sólo es un problema de mujeres, es necesario centrarse en quien cuida e incluir la diversidad de circunstancias por tipo de cuidador; así como reconocer los cambios culturales en la familia y los parentescos para responder a las diversas desigualdades y no sólo a la inequidad de género.

Para visualizar la sesión completa visita:

https://www.youtube.com/watch?v=7yHGkCl7uAM&t=97s