ACADEMIA

Los cuidados son un derecho universal, que requieren de políticas públicas con perspectiva de género y derechos humanos

 

La distribución actual de trabajo de cuidados es un nudo crítico de desigualdades de género, estos recaen generalmente en las mujeres debido a la cultura familiar y social, lo que a su vez las limita en sus posibilidades de autonomía económica y desarrollo. El cuidado no es una necesidad, es un derecho de todas las personas, señaló la Dra. Valentina Perrotta, investigadora y docente del Grupo de Sociología de género de la Facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad de la República, Uruguay, en el Seminario permanente sobre necesidades y problemas sociales en México: Trabajo de Cuidados en contextos de desigualdad social.

La especialista celebró el inicio de este seminario el 7 de marzo, en modalidad virtual a través del canal de YouTube de la Escuela, en el marco de la jornada de actividades por el Día Internacional de las Mujeres en la Escuela Nacional de Trabajo Social. Este proyecto es coordinado por la Mtra. Norma Cruz Maldonado, profesora de carrera de la ENTS, quien señaló que el tema de cuidados interpela a todas las personas en algún momento de la vida bajo diversos escenarios, y representa una de las grandes deudas pendientes.

Al inaugurar el seminario el Mtro. Efraín Reyes Romero, Secretario General, en representación de la Mtra. Carmen Casas Ratia, directora de la ENTS, informó que tendrá una duración de 10 sesiones, cada martes durante los meses de  marzo, abril  y mayo, las cuáles serán transmitidas por el canal de YouTube de la Escuela de las 13:00 a las 15:00 horas.

“El complejo contexto social reclama la intervención de las y los trabajadores sociales, este espacio abordará problemas sociales desde el enfoque de las tareas de cuidado, atención y prevención, en el que participarán profesoras y profesores, expertas y expertos nacionales e internacionales para explorar un conjunto de temáticas y realidades sociales emergentes” dijo.

La Dra. Valentina Perrotta, señaló que los cuidados se definen como las acciones de apoyo a las personas mayores, niñas, niños y adolescentes, personas con alguna dependencia asociada a la edad o discapacidad que requieren de apoyos cotidianos, en actividades básicas como: comer, alimentarse, vestirse, medicarse, tener higiene, entre otras.

Mencionó que las encuestas de uso de tiempo han mostrando las desigualdades en el reparto de trabajo no remunerado entre hombres y mujeres. “Los cuidados no son por definición de carácter remunerado o no, esto es consecuencia de elecciones políticas, valoraciones culturales compartidas, de las distribución de los cuidados entre Estado, familias y de la rigidez de la división sexual del trabajo” indicó.

Añadió que, en América Latina las sociedades valoran que el cuidado sea brindado por la familia, y preferentemente por las mujeres, aspectos culturales que hacen que se socialice a las mujeres en ese rol y no permitan un desarrollo adecuado de servicios de cuidado.

“La rigidez de la división del trabajo de cuidados requiere transformarse con la creación de sistemas de cuidados, las construcciones sociales colocan desde pequeñas a las niñas a desarrollar habilidades del cuidado. Las configuraciones u organizaciones sociales del cuidado en América Latina son profundamente familistas y feminizadas, con importantes costos para las mujeres. Estas valoraciones hacen una asociación directa entre la identidad femenina y el saber cuidar” advirtió.

Todos a lo largo de la vida necesitamos de cuidados refirió, “recibimos cuidados de la familia, somos seres humanos interdependientes, precisamos de los demás, la dependencia es algo que nos atraviesa. Estos cuidados sostienen la economía, todos nos beneficiamos de ellos, por lo tanto son un asunto público, una responsabilidad compartida”.

La también coordinadora del Grupo de trabajo de Género y Cuidados de CLACSO, expresó que, esta interdependencia es clave para valorar el trabajo de cuidados, que sostiene y subsidia al sistema económico. Consideró que el Estado, es un actor central que tiene la obligación de garantizar el cuidado. “Los cuidados son un bien público fundamental en el que deben de participar familias (hombres), comunidad y Estado, este último tiene la obligación de garantizar el derecho al cuidado”.

Al respecto enfatizó que se requieren políticas públicas con perspectiva de género que permitan redistribuir las tareas de cuidados. Definió a los sistemas de cuidados como “un conjunto de políticas encaminadas a concretar una nueva organización social de los cuidados con la finalidad de apoyar, asistir y cuidar a las personas que lo requieren. Dichas políticas deben implementarse con base a la articulación interinstitucional desde un enfoque centrado de las personas donde el Estado sea el garante del acceso al derecho de cuidado” subrayó.

Subrayó la importancia de incluir un enfoque de género y derechos humanos, con marcos normativos que regulen la calidad de los servicios y las condiciones laborales de quienes cuidan. Además de, formación y profesionalización del trabajo de cuidados; un cambio cultural para romper con la idea de que las mujeres son las mejores cuidadoras; y el trabajo conjunto del Estado con la academia para generar conocimiento y un sistema de evaluación -monitoreo.

Resaltó que entre los principios que deben de ser contemplados son: la universalización en el acceso y en la calidad de los servicios; una coordinación interinstitucional; sostenibilidad financiera; corresponsabilidad social y de género; así como participación de los actores involucrados en la política pública.

Entre los desafíos, se encuentra la creciente demanda feminista ante las desigualdades derivadas de la distribución de los cuidados; la formación profesional; mayor presencia prioritaria en la agenda de los gobiernos; fomentar y ampliar la participación y demanda ciudadana para generar una mayor exigibilidad.

Para visualizar la inauguración del seminario y sesión completa visita:

https://www.youtube.com/watch?v=zA75pmzxxPg&t=2188s