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Feria de la salud menstrual en la ENTS

 

El miércoles 9 de noviembre se realizó la Feria de la Salud menstrual en la Escuela Nacional de Trabajo Social, con el objetivo de generar espacios de reflexión e información sobre la salud menstrual y el autocuidado.

La feria estuvo coordinada por la Secretaría de Apoyo y Desarrollo Escolar y el Departamento de Trabajo Social Escolar y Bolsa de Trabajo. Este evento contempló diversas actividades como pláticas en el auditorio Dr. Manuel Sánchez Rosado en las que se abordaron las temáticas: Acciones, propuestas y retos en torno a la salud menstrual y el autocuidado; Ginecología natural y salud menstrual, en las que participaron las organizaciones Red Educación Menstrual y Morada Violeta respectivamente; además se instalaron stands informativos y mesas con actividades y lúdicas en la explanada de la Escuela y se realizó la proyección del documental Period, End of Sentence.

Como parte de las reflexiones vertidas en esta feria, Emilia Almaza Towgood, integrante de la Red de Educación Menstrual, destacó que la educación sobre la salud menstrual, es amplia y compleja, para muchas mujeres la principal fuente de información es la madre, es decir, no hay una educación básica al respecto.

La experta señaló que la falta de una educación menstrual basada en evidencia científica, enfoque feminista y de derechos humanos aumenta las brechas de género ocasionando menos oportunidades académicas y laborales, lo que implica menos ejercicio de derechos humanos, de salud, sexuales, reproductivos, económicos, sociales, y culturales; generando una exposición a violencias, discriminación y factores de riesgo para la salud física y mental; así como la calidad de vida en todas las etapas de desarrollo vital.

Al respecto destacó la importancia del acceso a derechos para una menstruación digna, pues la falta de una educación menstrual impacta en la vida de las mujeres, niñas y adolescentes, como el embarazo a edad temprana y adquisición de infecciones.

"La educación menstrual debe ser enseñada con un enfoque de derechos humanos ya que sólo se enseña como reproducción" dijo. Informó que sólo el 19% de mujeres adolescentes cuentan con información adecuada, mientras que en hombres tan sólo el 5%.

Propuso que se debe educar bajo 3 ejes:

1)Autoconocimiento: conocernos, tocarnos, nombrarnos, observarnos para cuidarnos.

2) Alfabetización corporal: la menstruación como el quinto signo vital y un termómetro de nuestra salud.

3) Cuidados cíclicos: Toma de decisiones informadas, cotidianas y colectivas para nuestra salud integral.

"Debemos aprender a leer nuestros biomarcadores, llevar registros para conocernos y dejar de ser analfabetas corporales" subrayó.

La especialista indicó que las y los docentes carecen de información y capacitación en el tema, por lo que es necesario generar espacios con una educación integral, visibilizar y entender que existen diferentes formas de menstruar, ya que todas las personas son diferentes, además es importante considerar los aspectos físicos, emocionales y sociales que permitirán resignificar la vivencia de la menstruación.

Concluyó que "la educación menstrual es una pedagogía de la indignación en la que se conjugan la rabia y el amor para crear acciones transformadoras, que buscan que todas las niñas, adolescentes, mujeres y personas que menstrúen puedan comprender los ritmos de sus cuerpos sin miedo, recuperando el amor por ellas mismas y sus procesos" mencionó.

Explicó que sin autoconocimiento físico es muy difícil poder cuidar de nuestra salud y nuestra vida en todas sus dimensiones física, mental, psicológica, social y espiritual. El objetivo de la educación en salud menstrual es facilitar las herramientas para el autoconocimiento, promover la autonomía y capacidad de las mujeres y personas que menstrúan de decidir sobre sus cuerpos y su vida en real igualdad y libertad, "lo que permite romper con el tabú de la menstruación y disminuir la discriminación y violencias sistémicas que vivimos por menstruar" apuntó.

La tarea crítica de la menstruación consciente consiste en reclamar la menstruación como nuestra, definida por los deseos, valores y necesidades de nuestra propia realidad.

 

Consideró que esta tarea es doble:

1) Hacer genealogía de la menstruación y criticar la ideología menstrual impuesta desde la hegemonía patriarcal y androcéntrica.

2) Poner en el centro nuestra propia experiencia como autoridad epistémica, redefiniendo conceptos y realidades.

De la misma manera definió a la salud menstrual como un estado de bienestar completo, que incluye los ámbitos físicos, mental y social, y no solamente la ausencia de un trastorno o enfermedad con relación al ciclo menstrual.

Concluyó que la educación menstrual debe estar incluida en la agenda de políticas públicas con enfoque de derechos humanos, para evitar la injusticia menstrual, contemplando la diversidad de cuerpos, de condiciones y de diferentes formas de menstruar.

En México como parte de los avances se logró eliminar el impuesto de los productos de gestión menstrual a partir del 1 de enero de 2022, y Michoacán es el primer estado en aprobar la Ley Menstruación Digna, en marzo de 2021, modificando los contenidos curriculares.