Violencia de Género y feminicidio

Seminario permanente política pública de género: igualdad y violencia.

El 11 de noviembre se llevó a cabo la décima sesión del Seminario permanente política pública de género: igualdad y violencia, a través del canal de YouTube de la Escuela Nacional de Trabajo Social.

En este espacio académico se contó con la participación la Dra. Raquel Güereca Torres, Coordinadora de Bienestar Universitario y Género, profesora investigadora del Departamento de Procesos Sociales de la UAM, Lerma, quien abordó la temática Violencia de Género y feminicidio.

Durante su ponencia señaló que, la violencia de género es resultado de los tránsitos conceptuales de las teorías feministas, que explican la manera en que las mujeres son violentadas en las sociedades en las que viven. El feminicidio es la manifestación extrema de la violencia de género. “La  violencia feminicida es un estado de horror contra las mujeres que se caracteriza por la yuxtaposición y simultaneidad de experiencias de violencia en un continuum” dijo.

Puntualizó que, los estudios que existen sobre la violencia contra las mujeres son el resultado de procesos sociales y políticos que permitieron se hiciera un espacio en la academia para los estudios de las mujeres, que están desarrollados bajo el conjunto de corrientes epistemológicas críticas, resultados de los desarrollos conceptuales del feminismo y permiten reflexionar sobre la manera en la que se gestan las diferenciaciones de género.

La violencia por razones de género nace y se fundamenta en las relaciones de dominación de género asimétricas, constituye la violencia que ejercen los hombres contra las mujeres y algunos hombres. Abarca dimensiones como la fuerza, agresión, coacción física, sexual, psíquica, económica, lo que perpetúa relaciones de desigualdad. La violencia se expresa de diferentes maneras en el ámbito doméstico, de pareja, abuso sexual, acoso laboral, violación, hostigamiento, entre otras.

Explicó que, la violencia de género es un conjunto de formas de maltrato y agresión física, psicológica, sexual, económica, patrimonial que se ejerce en el contexto de relaciones de dominación. Puntualizó que esta violencia de género muchas veces coincide con otras formas de opresión hacia las mujeres, como la edad, etnia, clase y grupo socioeconómico, situación educativa, orientación sexual, condición de salud y capacidad, estado civil y estado legal.

La violencia feminicida es la forma extrema de la violencia de género contra las mujeres, hay una violación de los derechos humanos tanto en el ámbito público y privado, conformada por un conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado, y puede culminar en homicidio u otras formas de muerte violenta de mujeres.

Subrayó que hoy en día se nombra mucho en las escuelas e instituciones, la cultura de paz para erradicar la violencia, lo que requiere de procesos transicionales vinculados con la justicia.

La justicia tiene que ver con llegar a la igualdad de derechos. En las sociedades violentas la memoria se convierte en un reacomodo de fuerzas en el cual se le da un sentido al pasado que se extiende al presente para evitar que se sigan viviendo hechos de violencia. Consideró que la memoria, la verdad y la justicia son los ejes constitutivos de una política y una genealogía feminista.

“Las movilizaciones feministas hoy exigen procesos transicionales y políticas de memoria, que permitan la construcción del derecho humano a vivir sin violencia; derecho que es la síntesis histórica de esfuerzos del movimiento feminista por acceder a la igualdad y a la justicia” señaló.

Consideró que para una transición a la justicia con memoria se debe tomar conciencia y recordar para no repetir. La paz se construye a partir de la justicia y el reconocimiento de la violencia, esta construcción además implica reconocer la dignidad de las víctimas de violencia.

No hay paz sin justicia ni memoria, se requiere de procesos de reconstrucción del tejido social, dañado por la violencia. Es necesario que las víctimas de violencia accedan a la justicia con enfoque diferenciado, de derechos humanos y perspectiva de género. “Ante el feminicidio, sin política de memoria, verdad y justicia; la cultura de la paz es un discurso sin fondo” finalizó.