ACADEMIA

Derechos humanos, igualdad y violencia de género desde la diversidad.

 

El 4 de noviembre se llevó a cabo la novena sesión del Seminario permanente política pública de género: Igualdad y violencia, el cual se realiza en modalidad virtual a través del canal de YouTube de la Escuela Nacional de Trabajo Social.

En esta sesión denominada Derechos humanos, igualdad y violencia de género desde la diversidad, se contó con la participación de la Dra. Siobhan Guerrero Mc Manus, investigadora titular B del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), UNAM.

La especialista inició señalando que al hablar de diversidad sexogenérica, se suele referir al acrónimo LGBTIQ+, una población heterogénea en la que confluyen personas con orientaciones sexuales distintas a la estadísticamente más frecuente que es la heterosexualidad.

"Hablar de orientación sexual, es hablar de quien nos gusta, quien nos atrae de manera sexual o afectiva, todas las orientaciones sexuales son igualmente, funcionales, naturales o saludables en el entendido de que todas de alguna manera pueden acompañar a una persona a tener una vida funcional, ninguna es una patología, enfermedad mental o falla orgánica, simplemente hay una diferencia en términos estadísticos de cuáles son las más frecuentes" señaló.

Explicó que, actualmente se encuentran más opciones de género que sólo hombre y mujer, los espectros de lo no binario comienzan a ser cada vez más visibles y se nombran. "Hay todo un abanico de sexualidades en las disidencias o diversidades sexo genéricas".

Cuando una persona no se adecua a las normas de género, recibe violencia al tener identidades o expresiones no normativas, por ello son vigiladas y señaladas. Dentro de la matriz heterosexual esta la idea de que a genitales femeninos le tendría que corresponder una identidad de mujer y una orientación exclusiva hacia varones, de alguna manera esta matriz presupone una concordancia entre genitalidad-identidad y deseo, misma que todas las poblaciones LGBTIQ+ la vulneran, indicó.

"Históricamente en occidente por los últimos 170 años de una u otra manera somos poblaciones consideradas transgresoras de la matriz heterosexual que históricamente hemos sido patologizadas y criminalizadas por esta razón, y es aquí donde entra la noción de homofobia, bifobia, lesbofobia, transfobia y la interofobia del propio Estado, como una serie de arquitecturas sociales donde son sistemáticamente colocadas estas poblaciones en el lugar de lo abyecto y de peligrosidad social" comentó.

Al respecto destacó que este año sucedieron hechos históricos en el país, al realizarse y publicarse ejercicios estadísticos inéditos que permitirán empezar hacer política pública basada en datos.

Este año se publicó por parte del INEGI de la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género, misma que se llevó a cabo en el contexto COVID-19, que reúne datos de una población LGBTIQ+ de 15 años en adelante.

Esta encuesta reveló que la comunidad LGBTIQ+ es aproximadamente el 5.9% de la población mexicana. "Este porcentaje no es estable entre los distintos sectores etarios, en el estrato de adultos mayores, de personas de 60 años en adelante, la población LGBTIQ+ es del 0.9%, mientras que en la población de 15 a 19 años se habla de un porcentaje del 15%, lo que refleja que entre más joven es un sector de la población mayor diversidad sexogenérica hay en él" agregó.

Consideró que, algunas de las hipótesis se basan en que las juventudes están creciendo en una sociedad más informada en términos de sexualidad y género, con espacios que empiezan a ser más receptivos y tolerantes a las diversidades sexogenéricas.

En este ejercicio el tema de la discriminación quedó patente en el caso de las personas trans y LGBTIQ+, las tasas son muy elevadas, 1 de cada 4 personas de estas poblaciones han sido discriminadas, es decir en todos los indicadores al respecto los índices son 3 veces mayor comparada con la población heterosexual. 

Agregó que la Universidad también publicó el 28 de junio un ejercicio similar, la Primera Consulta Universitaria sobre Condiciones de Igualdad de Género de la comunidad LGBTIQ+. 

Señaló que las cadenas de violencia que acompañan a las personas en sus trayectorias de vida, son la conjugación de violencias que vive una persona a lo largo de todos los espacios donde socializa. "A veces se dice que la población LBGTIQ+ es discriminada pero no es oprimida, sin embargo, la opresión no sólo implica un control sobre el cuerpo de las personas, pues suele incorporar un componente epistemológico, una serie de discursos que racionalizan ese control".

Apuntó que el primer lugar donde operan las violencias es en la familia, al ser el primer sitio de socialización primaria, posteriormente la escuela, el trabajo y el espacio público. Las violencias que recibe la población LGBTIQ+ vulneran el ejercicio de los derechos humanos.

"Las personas no logran ejercer sus derechos humanos, precisamente porque las violencias que viven limitan su capacidad de adquirir el capital cultural suficiente para ejercer sus derechos, es decir los conocimientos para lograr una ciudadanía plena. El capital cultural se pierde ahí donde la violencia lleva a altas tasas de deserción escolar, ya sea producto del acoso escolar o la violencia en la propia familia" resaltó. 

Estas violencias también afectan el capital social, es decir el grado de conexiones o apoyos fundamentales para lidiar con contingencias de salud, empleo, entre otras, lo que también dificulta el ejercicio de los derechos.

De la misma manera, los prejuicios afectan el capital simbólico, que tiene que ver con cómo la sociedad en general interpreta a las personas LGBTIQ+. "Aún muchas personas tienen la idea de que las personas LGBTIQ+ son enfermas, peligrosas o poco confiables, aquí es donde se mira el componente epistémico de la opresión, todavía se racionalizan estos prejuicios o sesgos que movilizan una serie de emociones políticas como el asco, el desprecio o el odio" subrayó.

El discurso de los derechos humanos ha transformado la relación del Estado con la minorías sexogenéricas. "Esto ha dado pie a una noción de derecho distinta, donde la identidad y la autodeterminación, los derechos sexuales y reproductivos, han hecho posible que éste se entienda ya no como un mecanismo de control de cuerpos sino como algo que tendría que acompañarnos en la realización de un proyecto de vida" finalizó.

En el diseño de políticas públicas se ha incorporado la idea de un gobierno abierto, se invita a las poblaciones a participar en el diseño e implementación, se ha hecho ver que los ciudadanos tienen derecho a la participación democrática e incidencia en los diversos temas.

Para ver la novena sesión completa visita:

https://www.youtube.com/watch?v=0Iwp_9c__gg&t=4s