ACADEMIA

Violencia de género en los medios de comunicación y redes sociodigitales

 

El 7 de octubre se llevó a cabo la quinta sesión del Seminario Permanente Política Pública de Género: Igualdad y Violencia, a través del canal de YouTube de la Escuela.

En esta mesa se abordó la temática de Violencia de género en los medios de comunicación y redes sociodigitales, en la que se contó con la participación de la Dra. Nelly Lucero Lara Chávez de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

La especialista refirió que la representación de las mujeres en los medios de comunicación no es nueva. En la década de los 70 la teoría feminista comenzó a problematizar la presencia de las mujeres en los medios, su representación estereotipada.

Señaló que, la categoría del patriarcado sigue siendo un elemento que ayuda a entender cómo se vive en sociedades que históricamente han sido dominadas por los hombres. Este sistema se ejecuta a través de diversas prácticas como son la violencia de género, el sexismo, el androcentrismo, la misoginia, la burla sobre las mujeres y sus formas de pensar hasta extenderse en los niveles macro de jerarquización y descalificación social.

El patriarcado contempla diferentes expresiones como: el antagonismo genérico, que es la idea de que los hombres y las mujeres son radicalmente distintos; la escisión del género femenino, que plantea la enemistad histórica de las mujeres, que difícilmente podrían organizarse y trabajar en conjunto; el fenómeno cultural del machismo, la noción de que los hombres son quienes generalmente están en una postura de superioridad.

Señaló que, el androcentrismo, coloca en el centro a los hombres, “la interpretación del mundo está hecho en masculino, la mayoría de los espacios a nivel social y cultural están ocupados por ellos; el género masculino es quien generalmente da las noticias de datos duros, análisis, deportes, y a las mujeres se les coloca en los programas de “chismes” donde pareciera que lo verdaderamente importante lo están dando a conocer los hombres” comentó.

Añadió que, el sexismo plantea que hay una construcción diferenciada entre los hombres y las mujeres, vinculada a nociones de lo que significa ser mujer y hombre, es decir, construye de manera dicotómica, binaria, excluyente, con trato diferenciado.

“Desde que nacemos, el nombre propio es un discurso que alguien nos coloca, somos producto de los diferentes discursos que atraviesan nuestra vida, por ello tiene un valor importante en cómo se construye el ser humano, estamos en una sociedad donde todo el tiempo los medios están diciendo cómo tienen que ser las mujeres a través de ciertos patrones estereotipados” indicó.

Las personas están determinadas por el lenguaje; es decir, su acercamiento al mundo, a su entorno, lo llevan a cabo a través de la palabra. Para tal efecto nombramos, designamos y atribuimos características. Esta es en gran medida la dimensión constructivista del mundo. “Tanto hombres y mujeres estamos inmersos en discursos que no son neutrales y que todo el tiempo están diciéndonos dónde tenemos que estar colocados” expresó.

El lenguaje entendido como un sistema lingüístico que le permite a la humanidad comunicarse no es neutral. En él se expresan las distintas desigualdades sociales que existen, a través de descalificaciones, del estigma y otros mecanismos. Evidentemente la desigualdad de género también se hace patente en este instrumento simbólico, y entre una de esas expresiones está el lenguaje sexista.

Puntualizó 3 claves para develar desde la teoría feminista cómo se construye el sexismo en relación a las mujeres en los medios de comunicación:

1) Clave de inversión: Consiste en sustituir a la persona que se menciona por una persona del sexo opuesto, y comprobar si las cualidades asignadas corresponden al estereotipo de género. “Al respecto conviene no olvidar que en numerosas ocasiones se puede detectar el sexismo lingüístico recurriendo a la regla de inversión, esto es, sustituyendo el vocablo utilizado para designar a las personas de sexo femenino por el correspondiente empleado para aludir a las de sexo masculino".

Ejemplificó: "Patrick Dempsey y su mujer cancelan la demanda de divorcio" (El Mundo, 22" v-2016) al realizarse la inversión quedaría, “Actriz y su hombre cancelan la demanda de divorcio”.

2) Clave de claridad y precisión: En el lenguaje periodístico la claridad y la precisión son parte de los elementos a considerar para hacer más ágil la lectura de la información que se presenta. En muchas ocasiones se piensa que el empleo de lenguaje no sexista implica hacer más densas las oraciones. Ser concisos en la información que se transmite también implica redactar con una postura que extingue el sexismo y visibiliza a las mujeres, por ejemplo: Las mujeres y los empleados que obtienen ganancias superiores al salario mínimo.

Rectificación: Los empleados y en particular las empleadas que obtienen ganancias superiores al salario mínimo.

3) Clave para no reafirmar ideas estereotipadas: En el lenguaje periodístico, como en otros tipos de discursos, se pueden ver replicados los estereotipos de género socialmente atribuidos a la feminidad y a la masculinidad. Es decir, se puede observar cómo a las mujeres se las continúa observando a partir del modelo patriarcal de la belleza, la debilidad o la dependencia (social y económica); mientras que a los hombres se les mira como racionales, valientes, independientes y fuertes. Todos estos modelos tienden a aparecer en los medios de comunicación.

Comentó algunas de las claves a considerar para evitar la reproducción de estereotipos como:

Mostrar la identidad social y profesional de las mujeres. En muchas ocasiones se destaca su condición sexual y no se alude a la profesión, o se refiere a su cargo pero de forma subordinada a la condición sexual.

Se debe evitar publicidad sexista en gráficos, no reproducir estereotipos de género que inscriben a las mujeres al espacio doméstico y a los hombres al espacio público.

Erradicar la lectura unidireccional que coloca a los hombres como protagonistas y constructores del mundo, y visibilizar a las mujeres en cargos y puestos de toma de decisión y de injerencia pública.

Suprimir la revictimización de las mujeres al mostrarlas como vulnerables, como objeto de la violencia y como las eternas receptoras de tiranía masculina; mostrarlas a mujeres en las actividades en las que han sido invisibilizadas.

Promover el intercambio de papeles y roles de género; presentación de imágenes con mujeres empoderadas, sin equipararlas al modelo del poder masculino; representar a mujeres y hombres en ámbitos profesionales y espacios laborales en igualdad de condiciones.

En las redes sociodigitales también permea la violencia de género, ya que los mismos patrones se siguen reproduciendo e incluso en un nivel mayor.

Para visualizar la sesión completa visita: https://www.youtube.com/watch?v=xCvt0o01QVg&t=2137s