ACADEMIA

Las pandemias y su impacto

Como parte del programa ENTS en Movimiento y del eje de fortalecimiento integral del plan de desarrollo, el 26 de septiembre se llevó a cabo la mesa de análisis Las pandemias y su impacto, en el auditorio Dr. Manuel Sánchez Rosado.

Se contó con la participación de la Dra. Yolanda López Vidal, jefa del Programa de Inmunología Molecular Microbiana del departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina, UNAM; el Dr. Jorge Francisco Monroy López, académico del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, UNAM; y la Mtra. Karla Jaqueline Gutiérrez Estrada, jefa del departamento de Trabajo Social del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).

Las pandemias son de carácter biológico, sin embargo es innegable que algunas de sus causas y efectos se encuentran en lo social, lo que representa un objeto de estudio, intervención e investigación para Trabajo Social.

La Dra. Yolanda López Vidal quien abundó sobre la COVID-19, refirió que las pandemias han estado presentes desde el inicio de la humanidad, como la tuberculosis, cólera, viruela, meningitis, VIH, entre otras, las cuáles podían devastar imperios y aniquilar a grupos enteros de la población. Agregó que estas regulan las características y evolución de las especies. “En el panorama mundial actual hay un mayor intercambio genético entre especies y aparición de enfermedades emergentes” señaló.

Explicó que, las enfermedades emergentes surgen derivado del número incalculable de microorganismos en el medio ambiente, el cambio climático, sobrepoblación, invasión y alteración de hábitats, altas tasas de urbanización, mayor importación y exportación.

Detalló que, la enfermedad por coronavirus COVID-19, es una enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2. Al inicio de la pandemia la mayoría de las personas infectadas por el virus experimentaron una enfermedad respiratoria grave que requirió atención médica. Las personas mayores y las que padecen enfermedades subyacentes, como enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas o cáncer, tuvieron más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave, sin embargo cualquier persona, de cualquier edad, podía enfermar gravemente o morir.

Recordó las formas de propagación del virus, desde la boca o nariz de una persona infectada en pequeñas partículas líquidas al toser, estornudar, hablar, cantar o respirar. Estas partículas que van desde gotículas respiratorias más grandes hasta los aerosoles más pequeños; y reiteró la importancia de la prevención para evitar contagios utilizando una mascarilla ajustada y lavándose las manos o limpiándolas con un desinfectante de base alcohólica con frecuencia, además de completar el esquema de vacunación.

Por su parte el Dr. Jorge Francisco Monroy López abordó la viruela del mono, comentó que este virus causa una enfermedad que pertenece a la misma familia del virus (Orthopoxvirus) de la viruela, que fue erradicada del mundo en 1979. El de la viruela del mono es menos agresivo, predomina principalmente en países de África Central y de África Occidental. Señaló que los primeros casos del brote actual se detectaron en personas con antecedentes de viaje a Nigeria o que estuvieron en contacto con personas que viajaron a ese país.

El último brote de casos de viruela del mono ocurrió en 2018. Todos los infectados están conectados con África o tienen cierta trazabilidad hacia países de ese continente, donde se mantiene activa la infección.

Señaló que el virus se transmite por contacto con una persona infectada y también a través de secreciones corporales. Incluye síntomas como fiebre, dolor muscular y de las articulaciones. Días después se desarrollan lesiones en la piel, posteriormente la lesión sigue evolucionando, acompañada del crecimiento de ganglios.

Es una enfermedad que habitualmente se auto limita entre dos y cuatro semanas después del inicio de las manifestaciones clínicas y su nivel de mortandad es muy bajo.

Señaló que, como parte de las medidas preventivas se debe evitar el contacto cercano con personas infectadas, evitar tocar objetos o materiales infectados, no compartir alimentos ni utensilios de cocina, lavarse las manos de manera frecuente, retomar el estornudo de etiqueta, mantener el uso correcto del cubrebocas y no compartir toallas ni ropa de cama.

“Hasta el momento, los científicos no han detectado alguna mutación o nueva variante del virus de esta enfermedad que se descubrió desde 1958”. El especialista explicó que para comprender la magnitud de la emergencia sanitaria decretada por la viruela del mono deben considerarse varios factores ligados a las condiciones de pobreza y marginación en las que se encuentran los países africanos, mismas que se reflejan en una falta de atención oportuna en los servicios médicos y de salud, los cuales están prácticamente abandonados por los organismos internacionales.

Para no contagiarse de la viruela del mono se debe evitar el contacto cercano de piel con piel con personas que tengan un sarpullido que se parezca a la viruela del mono, así como besar, abrazar o tener relaciones sexuales con alguien con posibilidad de contagio.

Finalmente la Mtra. Karla Jaqueline Gutiérrez Estrada señaló que en escenarios de emergencia la población vive de manera simultánea diversos problemas, necesidades que afectan y alteran su desarrollo individual, grupal y comunitario. Se expresan dimensiones sociales y psicosociales: aislamiento social, rechazo, estigma, problemas para el alojamiento, desempleo, tensión y sobrecarga de los familiares, déficit económico para afrontar los costos de atención en salud.

“Ante el escenario de pandemia las y los trabajadores sociales tuvieron la tarea de crear las condiciones y medios necesarios para garantizar la salud, es decir, ver a los pacientes como sujetos portadores de derechos. La intervención profesional se centra en el reconocimiento de los sujetos, el mejoramiento del entorno y en la construcción de relaciones sociales. Por lo que las funciones de promoción, gestión, orientación, educación, asistencia e investigación social para la prevención fueron esenciales”.

Reiteró que las y los trabajadores sociales mantienen un trato directo con pacientes y sus familiares, durante todo el proceso de la atención médica. “El rol de Trabajo Social, se enmarca en el trabajo interdisciplinario, orientado a la atención integral” subrayó.

“Los impactos sociales de la pandemia afectaron a todas y todos, hubo una reconstrucción familiar en los roles internos, nuevos escenarios institucionales de acción médicos y sociales. La vida social se transformó, la vacuna vino a fortalecer el sistema de salud y brindó la posibilidad de menor mortalidad. Dentro de los impactos, se develó que más del 50% de la población mexicana vive en la informalidad y no tiene seguridad social, la realidad se volvió más compleja, la política social en pandemia se tuvo que reconfigurar, lo que representa una oportunidad para repensar la calidad de los servicios médicos, los modelos de prevención social de salud, qué hacer desde la educación, la promoción, la participación y el liderazgo” finalizó la Mtra. Irma Leticia Canela Zambrano, profesora de la ENTS, quien participó como moderadora de la mesa.