La violencia hacia las mujeres debe ser vista desde una mirada crítica, que las ponga en el centro, como la teoría feminista, para visibilizar las violencias que existen desde el espacio público hasta el privado, así lo señaló la Mtra. Ariana Lourdes Rodríguez González, técnica académica adscrita al Centro de Investigación y Estudios de Género de la ENTS, en la mesa de análisis “La desigualdad y la violencia de género en la vida cotidiana”.

Expresó que el sistema del patriarcado a través de las relaciones de poder-dominación, va construyendo social y culturalmente, cómo deben ser los hombres y las mujeres a partir de las diferencias biológicas, lo que a su vez genera desigualdades.

A partir de sus características biológicas a la mujer se le hace una asignación sociocultural, se le asocia y naturaliza como débil y dependiente, con inferioridad moral, intelectual y biológica.

“El género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos y que incluyen los conceptos normativos de lo que debe ser un hombre y mujer. Es decir, el género es una construcción socio cultural, sustentado en esas relaciones de poder y sumisión dictadas desde el sistema macro, desde la supremacía masculina y la inferioridad femenina y que van asignando funciones, comportamientos, actividades, atributos, ideas, creencias y representaciones de lo que implica lo femenino y masculino” indicó.

Explicó que tradicionalmente la identidad femenina implica ser para los otros y ser de otros, hay una expropiación del cuerpo, una desocupación del centro de la vida, con sumisión y obediencia; a diferencia de los hombres ser para sí, ser de sí, con una ocupación del centro de la vida, son dueños de su cuerpo y otros cuerpos, tienen dominio y poder.

Ser hombre establece orientarse hacia la vida pública y la realización social, motivarse al logro, al éxito, a tomar decisiones. Ser proveedor, protector, servido, obedecido y detentar el poder. Se va construyendo lo que significa la masculinidad bajo el "machismo" como expresión exagerada de masculinidad, con el deseo y la necesidad de afirmarse constantemente como hombre ante los demás hombres y ante las mujeres.

Mientras que ser mujer está orientado hacia la intimidad, construir su vida en el espacio privado y doméstico, ser responsable de la crianza de los hijos, limitando su realización personal en la familia y en el hogar. Ser receptiva, protegida, servir, obedecer, y ser objeto de abusos de poder, maltrato y violencia.

Lo que significa construir la feminidad en torno a los ejes de la maternidad como realización e ideal del deber ser femenino, a la servidumbre voluntaria, entrega y dependencia de los otros en lo emocional, afectivo, sexual, económico y social.

Por otra parte señaló que la violencia de género, de acuerdo con Marcela Lagarde, es la violencia misógina contra las mujeres, por ser mujeres ubicadas en relaciones de desigualdad de género, opresión, exclusión, subordinación, discriminación, explotación y marginación.

Agregó que existen diferentes tipos de violencia como la psicológica, que es cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica, como la negligencia, abandono, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones destructivas, rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas. Lo cual conlleva a la víctima a la depresión, al aislamiento, a la devaluación de su autoestima e incluso al suicidio.

La violencia física; es cualquier acto que inflige daño no accidental, usando la fuerza física o algún tipo de arma u objeto que pueda provocar o no lesiones ya sean internas, externas, o ambas. La violencia patrimonial; es cualquier acto u omisión que afecta la supervivencia de la víctima. La transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades.

La violencia económica; es toda acción u omisión del agresor que afecta la supervivencia económica de la víctima, limitaciones encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la percepción de un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral.

La violencia sexual; se refiere a todo acto que degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad de la víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física. Es una expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto

Señaló que la violencia en el ámbito familiar, es el acto abusivo de poder u omisión intencional, dirigido a dominar, someter, controlar, o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica y sexual a las mujeres dentro o fuera del domicilio familiar, cuyo agresor tenga o haya tenido relación de parentesco consanguinidad o afinidad, de matrimonio, concubinato, mantengan, o hayan mantenido una relación de hecho.

La violencia laboral y docente se ejerce, por las personas que tienen un vínculo laboral, docente o análogo con la víctima, independientemente de la relación jerárquica, consistente en un acto o una omisión en abuso de poder que daña la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de la víctima, e impide su desarrollo y atenta contra la igualdad. Puede consistir en un solo evento dañino o en una serie de eventos cuya suma produce el daño. También incluye el acoso o el hostigamiento sexual.

Explicó que la violencia en la comunidad; son los actos individuales o colectivos que transgreden derechos fundamentales de las mujeres y propician su denigración, discriminación, marginación o exclusión en el ámbito público.

La violencia institucional; se refiere a los actos u omisiones de las y los servidores públicos de cualquier orden de gobierno que discriminen o tengan como fin dilatar, obstaculizar o impedir el goce y ejercicio de los derechos humanos de las mujeres así como su acceso al disfrute de políticas públicas destinadas a prevenir, atender, investigar, sancionar y erradicar los diferentes tipos de violencia.

Mientras que la violencia política es toda acción u omisión, basada en elementos de género y ejercida dentro de la esfera pública o privada que tenga por objeto o resultado limitar, anular o menoscabar el ejercicio efectivo de los derechos políticos y electorales de una o varias mujeres.

La violencia digital; es toda acción dolosa realizada mediante el uso de las tecnólogas de la información y comunicación, para exponer, distribuir, difundir, exhibir, comercializar imágenes, audios o videos reales o simulados de contenido íntimo sexual de una persona sin su consentimiento, aprobación o autorización y que le cause daño psicológico, emocional, en cualquier ámbito de su vida privada o en su imagen.

Informó que, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, el 66.1% de las mujeres de 15 años y más ha enfrentado al menos un incidente de violencia a lo largo de su vida en al menos un ámbito. De esta manera, 1 de cada 2 mujeres informó que ella o una mujer que conoce habían experimentado alguna forma de violencia desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Mientras que 1de cada 4 mujeres se siente menos segura en el hogar.

Añadió que, 3 de cada 5 mujeres piensan que el acoso sexual en espacios públicos ha empeorado durante la COVID- 19. Según la Red Nacional de Refugios reportó que durante el confinamiento se han atendido más de 41 mil llamadas de emergencia al 911 e incrementaron en un 30% las peticiones de asilo.

“Es necesario desde la teoría feminista visibilizar estas problemáticas, en la lucha por la igualdad de género se busca desaprender las asignaciones de género y roles establecidos, logrando que las diferencias de género no se traduzcan en desigualdades sociales ni en violencias” finalizó.