Las personas somos seres de tiempo, ajustados a relojes y prisas.
Y, de repente suceden cosas inesperadas y nos desprograman lo planeado, nos descolocan y nos
hacen perder la perspectiva.
Pero Dios se vale de todos los acontecimientos para ofrecernos el “plan B”, las alternativas
y oportunidades infinitas para ser mejores, para cambiar, para acercarnos a los demás, movernos a la solidaridad, ubicarnos en una experiencia diferente de vida, discernir entre lo primordial y lo pasajero, lo esencial de lo secundario. Nada está perdido, nunca es tarde para creer en nosotros mismos, en nuestras posibilidades, en los otros y en Dios. Siempre es #TiempoPara Amar por encima de todo y luchar por un mundo más justo y equilibrado.
Y este mes de octubre es... #TiempoParaAyudar, ¿ya has descubierto cómo? Pincha aquí