Dicen que una vez un estudiante le preguntó a la antropóloga y poetisa Margaret Mead que cuál consideraba ella que era el primer signo de civilización. Y su respuesta fue: “Un fémur fracturado y sanado”. En la vida salvaje, un fémur nunca sana porque solo puede hacerlo si alguien se preocupa de cuidar al herido.

Desde el Colegio Público Juan XXIII de Zaragoza queremos aportar nuestro granito de arena para intentar reconfortar a aquellas personas que, por un motivo u otro, permanezcan aisladas de sus seres queridos.

Sabemos que un dibujo o un texto no van a poder sustituir la compañía, los besos y los abrazos que tanto necesitáis en estos momentos, es por eso que os queremos acompañar para que se os haga más amena la espera de ese momento que seguro llegará.

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