Apreciados colegas, este es un momento crucial de la historia. Es innecesario describirlo porque lo estamos viviendo y de algún modo modifica nuestra vida, el trabajo, la universidad, la educación, la academia, la investigación, las relaciones personales, todo. Bajo esta situación estamos llamados a ser un referente como entidad de educación superior responsable de la formación profesional del más alto nivel fundamentada en la investigación y la reflexión crítica.

Por lo anterior, propongo a ustedes enfocarnos en el momento para resolver los problemas inmediatos sin desatender los retos de largo plazo. Por ello sugiero diferenciar entre lo básico, lo urgente y lo importante. Lo BÁSICO es nuestro compromiso misional con la sociedad, con la educación, y con la ciencia, la tecnología y la cultura; en esto coincidimos todos. Lo URGENTE es la transición inmediata hacia nuevas formas de trabajo académico docente que nos exigen infraestructura, dotación y socialización formativa sobre la marcha, basada en las experiencias docentes más exitosas de nuestros colegas. Creo firmemente que el próximo semestre deberemos centrarlo en este punto hasta que todos los docentes de la Facultad se encuentren en condiciones adecuadas para el ejercicio de la docencia y de las actividades académicas ordinarias, sobre la base de TIC de primera calidad, y en el correspondiente confort para su ejecución; sin resolver este problema difícilmente podremos dedicarnos a lo demás. Lo IMPORTANTE es el desarrollo de nuestras capacidades para la ciencia y la tecnología que implican infraestructura física, dotación tecnológica y proyectos de envergadura y trascendencia.

El programa de trabajo que someto a su consideración, guardando el orden de las prioridades derivado de lo básico, lo urgente y lo importante, parte de este contexto y, a mi juicio y para los fines universitarios, se resume en una idea central con tres propósitos: la Facultad de Ingeniería se integra sistémicamente a la actual transformación científico-tecnológica con el fin de modernizar los procesos académicos, gestionar nuevos recursos financieros y posicionarse estratégicamente en el concierto internacional con resultados tangibles en la investigación, el desarrollo e innovación, y en la acreditación de los programas.

Para guiarnos por esta idea rectora y alcanzar los propósitos que la acompañan deberemos materializar un conjunto de proyectos que exigen la unidad de nuestras voluntades, sinergia entre nuestras unidades académicas, un programa de trabajo realista y la confluencia de recursos públicos y privados.

Esta es la visión que propongo para conducir la Facultad de Ingeniería para el período 2020-2023.

Este documento de Programa de Trabajo contiene reflexiones sobre nuestra Facultad, la Universidad y el contexto académico, y unas propuestas definidas para alcanzar los tres propósitos planteados. Este documento se desarrolla en cinco secciones que abarcan la mayoría de nuestras fortalezas y potencialidades: Infraestructura Física; Formación; Investigación, Desarrollo e Innovación; Servicios y Extensión; y Administración, Gestión y Bienestar. Para su formulación tuve en cuenta documentos relevantes como el borrador del Plan Estratégico de Desarrollo de la Facultad -plan que concretaremos para 2021-2025-, el Plan de Desarrollo Físico de la Facultad, el Plan Estratégico de Desarrollo de la Universidad, y el Decreto 1330 del MEN, además de la orientación y observaciones de varios colegas de la Facultad, a quienes agradezco sus aportes.