La historia urbana, y dentro de ella, la de la vivienda como un hecho social para la consolidación de las comunidades, siempre será un tema de reflexión por ser un indicador fundamental del grado de bienestar de la sociedad. Sus circunstancias reflejan cambios culturales y expresiones socioespaciales en las cuales la cotidianidad se encuentra en juego y no pocas veces, bajo los escenarios más crudos de la marginalidad y la pobreza.

El urbanista e investigador Jacques Aprile-Gniset ha sido uno de los más sólidos investigadores en el país sobre los procesos socio-espaciales y la consolidación de la ciudad. Desde la reconstrucción de los tempranos tiempos de la formación espacial de los siglos XVI y XVII hasta el recuento de los efectos de los procesos de modernización capitalista en la ciudad colombiana del siglo XX, existe en Aprile una perspectiva histórica en la cual se cifra la suerte de esas sociedades siempre en relación con el espacio, para enseñarnos precisamente que hay que considerar el terreno real en que las relaciones sociales se llevan a cabo bajo rutinas de trabajo, poblamiento y demás expresiones simbólicas o prácticas de la vida cotidiana. Un acercamiento crítico a la obra de Aprile considerando su artesanía intelectual, alcances, logros, límites y las relaciones con el desarrollo del urbanismo en Colombia tal cual el objetivo central de esta cátedra, resulta plenamente justificado. Ese será parte del espíritu de la primera jornada del simposio.

Y de la mano de Gilma Mosquera, Jacques Aprile-Gniset también nos recordó que detrás de la historia de las formaciones espaciales y los poblamientos subyacían las más disímiles expresiones de una lucha de clases reconocible en múltiples formas de apropiación de las tierras ejidales por parte de un notablato de hacendados y tomadores de decisiones “públicas” o en los mecanismos de política popular que movilizaban una memoria colectiva sobre los ejidos y, por supuesto, en las distintas tomas populares de tierra. Es ahí, entonces, donde entra en escena Julio Rincón, el líder político viviendista quizá, más importante de la primera mitad del siglo XX, y que desde la Cali de los barrios populares desarrolló procesos organizativos para la defensa jurídica de los ejidos, las mejoras en las condiciones de vida de sus habitantes y la recuperación de tierras urbanas y rurales. A setenta años de su asesinato (1951), volver sobre su figura permite visibilizar apartados biográficos y políticos que siguen encontrando sentido desde un presente en el cual se inscriben desafíos urbanos a no menospreciar, por demás, en tiempos en que esa toponimia sigue presente en ciudades como Cali y Bogotá. La segunda jornada, volverá sobre estos aspectos.

Por último, la cátedra Jacques Aprile-Gniset espera convertirse en un espacio que permita visibilizar estudios diversos sobre las problemáticas referidas: desarrollo urbano, vivienda y poblamientos, considerando que es desde allí, desde la investigación concreta, desde donde se renuevan saberes, perspectivas y se recrean redes de estudioso e interlocutores con comunidades, organizaciones e instituciones. Oportunidad, por demás, para proponer lecturas relacionales entre lo local, lo regional y lo global, lo diacrónico y lo sincrónico, entre otros. De ahí entonces que la tercera jornada del simposio esté dedicada a ello.

Enlaces relacionados