José de Espronceda quería venir a Salamanca para inspirarse en su nueva obra: El estudiante de Salamanca. Esto lo tenía que hacer en secreto, pues tenía una deuda mortal con un importante empresario burgués llamado Ezequiel Mendoza que vivía en Salamanca. Para ello le pidió ayuda a un viejo amigo suyo, Ricardo López. Le escribió una carta contándole su situación y solicitando su ayuda. Este le respondió encantado de hacerlo.
Ricardo le ayudó a pasar el recinto amurallado por un agujero detrás de los arbustos. Y le dio la oportunidad de visitar sitios clave en los que ambientar su obra. Pero no sería tan fácil, pues muchos mercenarios repartidos por la ciudad querían su cabeza a cambio de una cantidad de dinero. ¿Conseguirá Espronceda salir ileso de la ciudad?
Como sabes, José de Espronceda decide ir a la ciudad de Salamanca para ambientar su nueva obra pero Ramón Mendoza ha contratado a los mejores caza recompensas y mercenarios que tratarán de atrapar a Espronceda por toda la ciudad. Para colarse en la ciudad necesitará de la ayuda de su amigo Ricardo López. Ambos se escriben un par de cartas y después Ricardo le ayuda a colarse por la muralla sin ser visto.