Profesor

“Via Litterae” ha supuesto un punto de inflexión por muchas razones. Me gustaría abordar algunas de ellas.

En primer lugar, por el contexto escolar en el que se ha desarrollado. Es el proyecto más ambicioso de cuantos hasta ahora se habían llevado a cabo en el Colegio La Milagrosa en cuanto a duración, contenidos y número de participantes: se ha abordado prácticamente el 50% de la materia con dos cursos al mismo tiempo y durante 18 semanas. Muchos de los materiales generados en este proyecto han servido para allanar el camino al diseño y puesta en marcha de otros proyectos en nuestro centro y también en otros Centros Educativos Vicencianos de nuestra red. Los alumnos reconocen haber tenido que esforzarse más que con un planteamiento de clase “tradicional”. Sin embargo, la mayoría de ellos repetiría si tuviera la opción de escoger.

En segunda instancia, por su dimensión social. No siempre es fácil vincular los contenidos curriculares a una necesidad del entorno para poner el trabajo realizado al servicio de la comunidad. En este sentido, “Via Litterae” ha cumplido con creces las expectativas iniciales, teniendo una magnífica acogida por parte de las instituciones - Ayuntamiento de Salamanca, la fundación Salamanca Ciudad de Saberes y la oficina de Turismo. Hemos sido capaces de dar forma a un mapa digital que en menos de dos semanas, y sin contar aún con la difusión oficial, ya tenía más de 3.000 visitas. Es un orgullo poder contribuir a la puesta en valor del legado de una ciudad como Salamanca, que además es Patrimonio de la Humanidad. Todos los participantes del proyecto hemos asumido con gran emoción la responsabilidad de este reto.

En tercer lugar, por su innovador componente metodológico. Hemos sido capaces de conjugar diversas metodologías, herramientas y propuestas didácticas para dar forma a un proyecto rompedor que ha optimizado lo mejor de nuestra trayectoria en aprendizaje cooperativo, nuestra experiencia en ABP y las últimas tendencias en gamificación y diseño de paisajes de aprendizaje. Todo ello sin apenas utilizar el papel, dando un protagonismo absoluto a la creación y gestión de los recursos digitales y el uso de las TIC.

Los alumnos, sus familias, el resto del claustro de profesores y cuantos han tenido ocasión de adentrarse en las entrañas de “Via Litterae” han compartido sus buenas palabras con nosotros a lo largo de esta fantástico viaje. El interés que ha suscitado en otros docentes, escuelas y profesionales también refuerza la idea de que estamos en la buena senda.

Por último, en un plano más íntimo, he cumplido un sueño que comenzó a gestarse hace ya dos años y que me ha permitido madurar personal y profesionalmente, aprendiendo y descubriendo las infinitas posibilidades que la profesión docente pone a nuestro alcance. La lucha por la mejora de la educación es un delicioso laberinto en el que la única regla segura es no dejar de moverse. Sigamos creciendo, sigamos compartiendo.