La realidad eclesial que vivimos y los abusos sexuales, de poder y de conciencia sistemática nos han confrontado con la urgente necesidad de poner todos los medios que hagan posible un nuevo modo de ser Iglesia. La resignificación de la Vida Consagrada será posible si caminamos hacia una nueva relacionalidad en todas las dimensiones de nuestra vida.
El fenómeno de la resignificación que se manifiesta en reconfiguraciones y reestructuraciones se ha generalizado en los últimos años, en Latinoamérica y el Caribe y en otros continentes.
En muchos casos se ha llevado adelante meras reestructuraciones de comunidades, provincias y regiones en respuesta a urgencias, sin asesoramientos ni procesos orgánicos. Se han seguido criterios más programáticos que carismáticos. Esto, ha provocado situaciones conflictivas y disfuncionales.
En otros casos se han logrado experiencias revitalizadoras gracias a procesos reflexionados y evaluados y a métodos participativos e inclusivos.
La socialización de las lecciones positivas y negativas de estos procesos congregacionales es un aporte para aprendizajes intercongregacionales.
H. Cristina Robaina Piegas, STJ (Uruguay)
H. Marta Edith Soler, HCMR (Argentina)
P. Osvaldo Chirveches, SJ (Bolivia)