Estructura de la palabra. Categorías gramaticales


1. Texto introductorio

2. Estructura de la palabra y procedimientos de formación

3. Categorías gramaticales

4. Traslación

5. Expresiones fraseológicas

6. Actividades de regalo

7. Actividades voluntarias


1. Texto introductorio


Entre parado y preparado no hay más que un prefijo, distancia que, si nunca fue excesiva, con la crisis se ha reducido hasta extremos insoportables. De hecho, ahora todos los trabajadores somos, en potencia, preparados. La recomendación tradicional de los padres ("hijo, debes formarte para estar preparado") ha devenido en una ironía sangrienta, igual que la expresión "jamás hemos tenido una juventud tan preparada". En efecto, nunca hemos tenido una juventud tan cerca de quedarse en el paro; la mitad de los que acaben sus estudios este año se encuentran ya en situación de preparados. El significado se desliza por debajo de las palabras con el sigilo de una sombra asesina. Estar preparado, que en otro tiempo quiso decir haber estudiado dos carreras y cuatro idiomas, significa hoy encontrarse en la situación previa al desempleo, en el umbral del paro, en la frontera de la desesperación laboral. Ahora que habíamos logrado vivir como si no fuéramos a morir nunca, vamos a la oficina con la certidumbre de que nuestro empleo es la antesala del desempleo. Por eso hay también más trabajadores prejubilados que jubilados y contribuyentes más preocupados que ocupados. Hubo un tiempo, ¿recuerdan?, en el que el prefijo de moda fue pos: nos encontrábamos de súbito en la posmodernidad, en la poshistoria, en la era posindustrial o posanalógica. Parece mentira que un cambio de prefijo implique un cambio tan grande de cultura. Ahora todo es más premeditado que meditado, hay también más prejuicios que juicios y presentimos las cosas antes de sentirlas. Perdido su prestigio el pos, nos hemos dado de bruces con el pre. Pero no imaginábamos, la verdad, un pre tan duro, un pre de premonición, sobre todo sabiendo como sabemos desde el principio de los tiempos que no hay presentimientos buenos, pues no existen los profetas de la dicha


Juan José Millás: "Ironías", El País, 11-11-2011


A veces un simple prefijo nos transporta de un lugar agradable a otro ingrato: las sensaciones son diversas y, a veces, contradictorias. Diferencia oralmente el significado de estas palabras del texto: meditado-premeditado, prejuicios-juicios , presentimientos-sentimientos.


2. Estructura de la palabra y procedimientos de formación


Junto al léxico patrimonial de una lengua, hay términos que se han incorporado al idioma en virtud de distintos procedimientos: derivación, composición, parasíntesis, acronimia, acortamiento... Los tres primeros son fundamentales para la formación de palabras en español y dan lugar a las familias léxicas, concepto que designa a todas las palabras que tienen un mismo lexema. Por ello interesa fijar el concepto de flexión.

La flexión implica cambios en las palabras sin que estas varíen su significado léxico o su categoría gramatical. El género y el número de los sustantivos, pronombres y adjetivos; el tiempo, el modo, el número, el aspecto y la persona de los verbos o el grado de los adjetivos y adverbios, se obtienen por flexión:

  • el adverbio no admite más flexión que, a veces, la de grado: lejísimos;
  • el adjetivo tiene morfema de género, número y grado: blanco, blancas, blanquísimo;
  • el sustantivo, de número y de género: hermano, hermanas;
  • el verbo admite una gran variedad de morfemas (tiempo, modo, número, aspecto, voz y persona) condensados en las desinencias o en las formas auxiliares: escucho, escuchabas, habían escuchado, soy escuchado, se puso a escuchar.

Con la flexión construimos todas las formas posibles de una misma palabra.


También conviene tener en cuenta otros aspectos relacionados. En el lenguaje culto es muy habitual formar neologismos uniendo componentes grecolatinos a las palabras españolas. Estas raíces antiguas se combinan de distinta manera: van al principio (geocentrismo, ecosistema), al final (herbívoro, insectífugo), o los dos elementos son grecolatinos (agorafobia, xenófobo). La transcategorización, o el cambio de categoría gramatical y de función, contribuye a enriquecer el caudal léxico: nombre propios convertidos en comunes (epónimos): lazarillo, donjuán, vatio; adjetivos sustantivados (periódico, estrecho) o verbos sustantivados (venida, pagaré, pésame). Otro procedimiento de creación de palabras son los préstamos, que están justificados para designar realidades nuevas, pero frecuentemente se adopta un término extranjero aunque exista ya uno autóctono: spray por aerosol, manager por representante, show por espectáculo, estresar por agobiar.... A menudo se trata de un amaneramiento lingüístico o de un prejuicio: se considera, erróneamente, más prestigiada la voz extranjera. Los medios de comunicación y las redes sociales contribuyen a la extensión y contagio de los extranjerismos.



3. Categorías gramaticales

Una lengua es un conjunto de signos y reglas y se organiza en una serie de unidades, que vamos a estudiar. El texto es la unidad máxima de una lengua que usamos para comunicarnos. Es independiente de otras unidades, y tiene un principio y un final claros. El texto se puede dividir en otras unidades menores: los enunciados. Cada enunciado se separa de otro por una pausa clara que en la escritura se representa generalmente por un punto, y posee un sentido completo. Los enunciados que tienen sujeto y predicado se llaman oraciones. Las oraciones se forman con sintagmas. Un sintagma es una palabra o un grupo de palabras que se unen para desempeñar una función en la oración. Los sintagmas se dividen en palabras, unidades que pueden aislarse y pronunciarse de manera independiente. Cada palabra pertenece a una categoría gramatical o clase de palabra.


3.1. Los sustantivos

Podemos caracterizar los sustantivos de acuerdo con tres criterios:

· Por su significado: son la parte de la oración que designa personas (niño, Juan), animales (perro), objetos materiales (disco) y objetos inmateriales (esperanza). Según su significado, los sustantivos se clasifican en concretos (mesa) y abstractos (libertad); comunes (ciudad) y propios (topónimo: Sevilla; antropónimo: Marriano); contables (lingote) y no contables (oro); individuales (álamo) y colectivos (alameda).

· Por su forma: son palabras que tienen género (masculino: papel, o femenino: libreta) y número (singular: libro, o plural: libros).

· Por su función: actúan como núcleo del sintagma nominal, y pueden ir acompañados de determinantes y complementos, con muchos de los cuales concuerdan en género y número.

Los morfemas de género

Cuando una misma palabra puede ser masculina o femenina, por ejemplo, amigo y amiga, se utilizan morfemas para distinguirlos:

Otras terminaciones para el femenino son:

-esa: alcalde / alcaldesa

-ina: gallo / gallina

-triz: actor / actriz

-isa: sacerdote / sacerdotisa

En ciertos casos, masculino y femenino se distinguen por usar palabras distintas para cada género: caballo / yegua; yerno / nuera.

Algunos casos especiales de género

• El género común. Muchos sustantivos tienen masculino y femenino, pero usan la misma forma para los dos. En estos casos, el artículo nos ayuda a distinguir si son masculinos o femeninos. Por ejemplo: el ciclista > masculino (se refiere a un hombre: artículo el); la ciclista > femenino (se refiere a una mujer: artículo la). Otros ejemplos son: el testigo / la testigo; el taxista / la taxista, etc.

• El género ambiguo. Otras palabras, aunque son muy pocas, pueden ser masculinas o femeninas, pero significan lo mismo: el mar / la mar.

No podemos confundir este caso con otro en el que las palabras tienen significado distinto según sean masculinas o femeninas. Por ejemplo: el parte > «comunicado» vs. la parte > «porción»

• El género epiceno. Algunos nombres de animales emplean la misma palabra, masculina o femenina, que sirve para el macho y la hembra. Por ejemplo: el jilguero > masculino -- la ballena > femenino. En estos casos, cuando queremos distinguir el sexo, añadimos las palabras macho o hembra al nombre del animal, y mantenemos el género del sustantivo: Era una perdiz macho muy crecida.

El género y las profesiones

Profesiones y cargos públicos que hasta no hace mucho eran desempeñados solo por hombres ahora también los realiza la mujer. Por esta razón, se han tenido que crear nuevos sustantivos femeninos. Varias son las soluciones. Fíjate:

• Formar el femenino a partir del sustantivo masculino: médico > médica

• Emplear el género común: el piloto > la piloto

• Usar cualquiera de las dos formas: el juez > la juez o la jueza

También algunos masculinos se han creado a partir de formas femeninas: azafata > azafato.

El número en el sustantivo

Los sustantivos también pueden presentar variación de número:

Singular. Se refiere a una sola persona, animal o cosa: traductora, gato, año.

Plural. Se refiere a varios: traductoras, gatos, años.

Para formar el plural de los sustantivos pueden emplearse estas reglas:

• Cuando acaba en vocal átona o en -á, -é, -ó, se añade -s: papá > papás, camisa > camisas.

• Cuando acaba en consonante, se añade -es: traductor > traductores.

• Cuando acaba en -í, -ú puede añadirse: -s: champú > champús, -es: marroquí > marroquíes, -s o -es: esquí > esquíes o esquís.

A veces no es tan sencillo transformar un sustantivo de singular a plural. Debes recordar algunas reglas particulares.

• Los sustantivos acabados en -s o -x no cambian en plural: el jueves / los jueves, el tórax / los tórax. Pero si son monosílabos o agudos, añaden -es en el plural: tos / toses, fax / faxes.

• Los sustantivos que acaban en singular en -z deben cambiarla a -c al añadirle el morfema -es: pez / peces, lápiz / lápices.

• En ciertas palabras extranjeras acabadas en consonante se forma el plural con el morfema -s: cómic / cómics, club / clubs o clubes.

Hay que tener cuidado con ciertos plurales incorrectos. En la escritura, las siglas como ONG, CD o DVD no varían en el plural. No es correcto escribir el plural añadiendo s o ´s: los CDs o los CD's, aunque pronunciemos correctamente: [los cedés]. Para indicar el plural acompañaremos estas palabras por otras: las ONG, dos CD, varios DVD.

Por otro lado, son vulgares la formación de plurales como cafeses o sofases porque no respetan las reglas de formación del plural.

3.2. Los pronombres

Coinciden con los sustantivos en que funcionan como núcleo del sintagma nominal. Sin embargo se diferencian en el significado: los sustantivos tienen un significado invariable (perro designa siempre el mismo tipo de animal), mientras que el significado de los pronombres es eventual y varía con la situación y el contexto (esto puede referirse a un libro, un vaso, un enchufe, un tema del que se discute, etc.).

Existen varios tipos de pronombres:

· personales: yo, mí, me, tú, él, nosotros, os, se...

· relativos: que, quien, cual, cuanto

· interrogativos y exclamativos: qué, quién, cuánto...

· demostrativos: este, esa, aquellos, esto, eso, aquello...

· posesivos: el mío, las tuyas, los nuestros...

· indefinidos: algo, nada, alguien, nadie, uno, ninguno...

· numerales: dos, tres, el quinto...

Pronombres personales

Sustituyen a las tres personas que intervienen en la comunicación: la primera se refiere al que habla: yo; la segunda, al que escucha: tú; la tercera designa todo lo demás (lo que no es emisor ni receptor): él, ella, ello. Los pronombres personales varían según la función que desempeñen en la oración; sus formas son las siguientes:


Para analizar un pronombre hay que indicar el tipo (personal, numeral...), el género y número (éstas: pron. demostrativo femenino plural) y, en el caso de los personales y posesivos, también la persona (mías: pron. posesivo de 1.ª pers. de sing., fem. pl.).


3.3. El artículo

El artículo actualiza al sustantivo anticipando su género y número. Presenta las siguientes formas:

Las palabras femeninas que empiezan por a- o ha- tónicas usan el artículo el, que, en este caso, es una variante del artículo femenino: el aula, el hacha; pero: las aulas, las hachas. Las preposiciones a y de se unen al artículo el formando las contracciones al y del (iremos al campo, las sillas del aula).

El artículo desempeña también una función sustantivadora, pues cuando va situado delante de un adjetivo, un infinitivo verbal o una proposición las convierte en sustantivos sintácticos, es decir, en elementos que funcionan como núcleos del SN:

el gracioso, la graciosa -> adjetivos sustantivados

el reír -> infinitivo sustantivado

el que ganes tanto dinero (no te da derecho a abusar) -> oración sustantiva

El artículo neutro lo se sitúa delante de adjetivos en masculino singular, a los que sustantiva convirtiéndolos en sustantivos abstractos: lo gracioso (‘la gracia’), lo bueno (‘la bondad’).

3.4. Adjetivos determinativos

Los adjetivos determinativos también concuerdan con el sustantivo en género y número, pero lo acompañan aportando otras informaciones, según las cuales se clasifican en demostrativos, posesivos, relativos, interrogativos y exclamativos, indefinidos y numerales.

Pueden ir delante de él, funcionando como determinantes (esa luz, alguna luz...), o bien detrás, funcionando como adyacentes (la luz mía). Recuerda que muchas de estas palabras pueden funcionar como núcleos y entonces son pronombres (los dos, el mío, ése).

Demostrativos

Señalan cosas que están cerca del emisor (este disco), del receptor (ese disco), o lejos de los dos (aquel disco). Sus formas son este, esta, estos, estas; ese, esa, esos, esas; aquel, aquella, aquellos, aquellas. Los neutros esto, eso, aquello son siempre pronombres: Eso vale dos euros.

Posesivos

Relacionan lo nombrado por el sustantivo al que acompañan con la persona gramatical de su poseedor: en vuestra maceta, vuestra relaciona la cosa poseída (maceta) con los poseedores (vosotros).

Las formas átonas se usan delante del sustantivo: mi maceta; la tónicas, detrás: la maceta mía. Cuando son pronombres también usan la forma tónica: la mía.

Relativos

Que, (el) cual, y quien son pronombres relativos. Solamente cuyo (y a veces cuanto) es adjetivo relativo y actúa como determinante: en El árbol cuyas hojas caían..., cuyas es determinante de hojas. Su valor relativo se mezcla con el posesivo, pero es incorrecto sustituirlo por que su: *el árbol que sus hojas caían.

Interrogativos y exclamativos

Presentan formas relacionadas con los relativos pero acentuadas: qué, quién, cuál, cuánto. Qué y cuánto pueden ser adjetivos o pronombres:

qué: ¿qué color prefieres?; qué, adj. interrogativo

¿qué prefieres?; qué pronombre interrogativo

cuánto, cuánta, cuántos, cuántas:

¡cuántos mosquitos hay!; cuántos, adj. exclamativo

¡cuántos hay!; cuántos, pron. exclamativo.

Quién y cuál son siempre pronombres.

Indefinidos

Señalan una cantidad imprecisa. La mayoría pueden ser adjetivos o pronombres:

un o uno, una, unas, unos

algún o alguno, alguna, algunos, algunas

ningún o ninguno, ninguna, ningunos, ningunas

todo(s), toda(s)

mucho(s), mucha(s)

poco(s), poca(s)

bastante(s)

cierto(s), cierta(s)

vario(s), varias(s)

cualquier o cualquiera, cualesquiera

etc.

También se consideran indefinidos otro(s), otra(s); mismo(s), misma(s) y cada.

Los indefinidos alguien, nadie, algo y nada son siempre pronombres.

Numerales

Indican una cantidad precisa. Se organizan en diversas series, como las que se muestran el cuadro:

3.5. El adjetivo calificativo

El adjetivo calificativo es la palabra que expresa una cualidad del sustantivo al que acompaña. Con él concuerda en género y número.

La cualidad que expresa puede ser física (largos chales, iglesia antigua) o moral (empollones, valiente). También pueden indicar un estado (casa llena), origen (noruego, gallego) u otro aspecto (coche deportivo).

El género y el número en el adjetivo

El adjetivo posee morfemas de género y número para concordar con el sustantivo al que acompaña.

•En cuanto al género, los adjetivos presentan dos terminaciones: el masculino (con morfema -o) y el femenino (con morfema -a): viejo rey, iglesia antigua. Existen también adjetivos que presentan una terminación distinta de -o/-a: corredor, corredora. Otros adjetivos poseen género común. En este caso es el sustantivo o el artículo el que indica el género como brillante vino. Los adjetivos con género común emplean la misma forma para el masculino y femenino.

•En cuanto al número, sigue las mismas reglas que los sustantivos para formar el plural. Se añade -s si termina en vocal átona: bonitos; y –es, si termina en consonante: difíciles.

Algunos adjetivos pierden parte de su cuerpo fónico cuando van delante del sustantivo: buen, bueno; mal, malo; gran, grande; san, santo. Ejemplos: un buen día, un día bueno; un mal amigo, un amigo malo; una gran solución, una solución grande; San Francisco, un libro santo.

Grados del adjetivo

Las cualidades del adjetivo pueden graduarse para hacerlas más o menos intensas. Se pueden distinguir tres grados:

•Positivo: expresa la cualidad sin variar su intensidad (El rey elfo es viejo).

•Comparativo. La cualidad se presenta comparando: a) dos adjetivos (El rey es más viejo que feo); b) dos sustantivos (El rey es más viejo que su esposa). La comparación puede ser de igualdad, superioridad e inferioridad.

•Superlativo. La cualidad se presenta en su nivel máximo.



3.6. El verbo

Utilizamos el verbo para expresar las actuaciones del sujeto: La vaca muge, Antonio se cansa. En este sentido depende tanto sintáctica como significativamente de su sujeto.

Los verbos según su forma pueden ser regulares, irregulares y defectivos.

· Regulares: Son los verbos que al ser conjugados se ajustan siempre a un modelo que no varía. En español hay tres conjugaciones: 1ª (verbos acabados en -ar en el infinitivo), 2ª (acabados en -er), y 3ª (acabados en -ir).

· Irregulares: Son los verbos que no siguen el modelo establecido de conjugación y presentan alteraciones. En este sentido podemos tener verbos que cambian en todas sus formas y otros que sólo en algunas. Los primeros son los verbos ser (soy, era, seré, fui) e ir (voy, iba, iré, fui). De entre los segundos destacamos las irregularidades más habituales: gobernar/gobierno, probar/pruebo; pedir/pido; venir/vengo; conocer/conozco; andar/anduve, decir/dije; etc.

· Defectivos: Son los verbos que carecen de algún tiempo o persona. Ello es debido a su especial significado (el verbo soler no se utiliza, por ejemplo, en futuro) o a dificultades de pronunciación (el verbo balbucir sólo se utiliza en las formas en que no aparece el grupo -zc-; de manera que decimos balbucí, pero no *balbuzco).

Composición.

En la composición del verbo español hay que tener en cuenta el siguiente esquema:

cant- ------------ á- ------------- se--------------------------mos

lexema- vocal temática- morfema de modo, - morf. de número y persona

tiempo y aspecto

1. Lexema o raíz: Es la parte del verbo que nunca varía y en todas la formas de la conjugación permanece idéntica: amar, amo, amaba, amaría, amasen, amado. Se obtiene quitando -ar, -er o -ir del infinitivo: amar, beber, partir. Aporta el significado léxico.

2. Vocal temática: Indica la conjugación a la que pertenecen los distintos verbos: amar (1ª), beber (2ª), partir (3ª). A veces esta vocal puede no aparecer al unirse con los morfemas: amo, amen.

3. Morfemas: Aportan el significado gramatical. Como el verbo depende del sustantivo en función de sujeto, se pueden distinguir dos tipos:

· morfemas dependientes del sujeto: número y persona.

· morfemas verbales propios: modo, tiempo, aspecto y voz.


Morfemas verbales.


-Morfemas dependientes: número y persona.

Como su nombre indica, no son morfemas propios del verbo, sino que son impuestos por el sustantivo en función de sujeto. Según la persona y el número del sujeto así la del verbo: Yo como, tú bailas, ellos cantan.

-Morfemas verbales propios:

El modo

Es el morfema verbal que expresa la actitud del hablante ante el enunciado. Esta actitud puede ser objetiva o subjetiva.

Cuando expresamos la realidad de forma objetiva, sin tomar parte en ella utilizamos el modo indicativo, el modo de la realidad:

  • El niño está solo
  • Sabía que hacías gimnasia
  • Mañana iremos al campo

Sin embargo, cuando participamos en el enunciado, expresando nuestro temor, deseo, duda, etc., mostramos una actitud subjetiva, y utilizamos el modo subjuntivo, el modo de la no realidad:

  • Temo que el niño esté solo
  • No sabía que hicieras gimnasia
  • Es posible que mañana no vayamos al campo


Por eso el subjuntivo suele depender de verbos que expresen la irrealidad: temer, no saber, ser posible, desear, etc.; o van acompañados de adverbios que la indican:

  • Acaso el niño no esté solo
  • Quizás mañana vayamos al campo


La gramática tradicional distinguía dos modos más (condicional e imperativo), los cuales no son sino variantes de los dos únicos modos verbales, el indicativo y el subjuntivo, los que se corresponden con la doble actitud del hablante ante el enunciado.

Con el imperativo expresamos un mandato: ven, cómete la comida. Y un mandato no es sino un acto totalmente subjetivo; pues pretendemos que el receptor actúe como nosotros queremos y le decimos. Por otro lado, las formas negativas se expresan en presente de subjuntivo: no vengas, no te comas la comida. Así pues, el imperativo queda incluido en el modo subjuntivo.

En cuanto al condicional, hay que considerarlo un futuro hipotético dentro del modo indicativo; puesto que el hablante lo utiliza como expresión de una acción real que se realizará cuando se cumpla una premisa: yo te amaría si tú me dejaras equivale a yo te amaré cuando tú me dejes. En su origen latino era una forma del indicativo y en su uso actual alterna con el pretérito imperfecto de indicativo en las oraciones condicionales: Si fuera rico, me iría/me iba al Caribe.


El tiempo


Con el morfema de tiempo expresamos la medida cronológica: yo bailo (presente), yo bailé (pasado), yo bailaré (futuro). Este concepto de la medida es muy importante para el hablante, puesto que la actividad del hombre expresada por el verbo está asociada siempre a una fecha. El momento que mejor conoce el ser humano es su pasado, lo que ya ha vivido; ya que el presente es algo puntual que se nos escapa en su propio transcurso y el futuro lo desconocemos (salvo adivinos). En este sentido la conjugación española presenta más tiempos verbales pertenecientes al pasado; mostrando una riqueza que no se produce en todas las lenguas.

No obstante, esta riqueza de matices temporales es mayor aún, si tenemos en cuenta que los tiempos podemos tomarlos de forma absoluta (presente/pasado/futuro), o de forma relativa, o sea, relacionándolos con otra acción verbal dentro de un contexto. Por ejemplo: cuando llegué a Sierre Nevada, llovía, pero había nevado. Llegué indica una acción en el pasado; llovía, una acción también en el pasado pero coetánea al hecho de llegar; por último, había nevado supone una acción en el pasado anterior a las de llegar y nevar. En la frase los alemanes comerán a las dos, pero yo ya me habré ido; comerán expresa una acción en el futuro; me habré ido, también, pero esta es anterior a la de llegar. La secuencia temporal es que primero se va el emisor, y después comen los alemanes.


*Valores significativos de los tiempos verbales.


El subjuntivo es el modo de la no realidad, así que sus formas verbales no tienen valor temporal en sí mismo; pero lo adquieren en el contexto: saldré cuando coma (futuro), tal vez coma ahora (presente). Frente a estas, las formas del modo indicativo sí muestran una referencia precisa temporal, rica en valores significativos.

· Presente: Indica que la acción que expresamos con el verbo es coetánea al momento en que se habla: Manolo trabaja en Huelva, Manolo es profesor, Manolo tiene treinta años.

· Pretérito imperfecto: Se utiliza para expresar acciones que se desarrollan en el pasado: el niño pintaba la pared (se trata de una acción del pasado, pero no puntual, sino que exige un tiempo para su desarrollo). Es la forma habitual de narraciones y descripciones.

· Pretérito pretérito perfecto simple: Indica una acción que ha sucedido en el pasado, sin la noción de duración que presenta el imperfecto: llegué, vi, me quedé.

· Futuro simple: Indica acciones que se van a realizar: Mañana comeremos con mi tía.

· Condicional simple: Expresa acciones futuras, una vez cumplida una premisa: Si no fuera tan alto, cabría por la puerta.

· Formas compuestas: Señalan respecto a las simples una noción de anterioridad. Constan de una forma conjugada del verbo haber más el participio del verbo que se conjugue.

El aspecto

Indica el grado de desarrollo de la acción verbal; si una acción ha terminado ya o está desarrollándose. En este sentido no hay que confundirlo con el morfema de tiempo. "Comió" y "comía" son dos acciones que pertenecen al pasado, pero mientras la primera ya se han acabado en el pasado, la segunda indica que la acción no se ha terminado sino que se está desarrollando, pero en el pasado. Por ello contamos con dos tipos de aspecto:

· Aspecto perfectivo: la acción ya ha finalizado. Es expresado por todas las formas compuestas y el pretérito perfecto simple: Hemos ganado el campeonato de dominó, me dormí.

· Aspecto imperfectivo: la acción no ha finalizado y está desarrollándose: este año ganaremos el campeonato, me duermo.

Sin embargo, el aspecto también se puede mostrar mediante las perífrasis.

La voz

Con este morfema expresamos si el sujeto de la oración realiza o recibe la acción del verbo. Existen dos voces: activa y pasiva.

· La voz activa indica que el sujeto realiza la acción: Petrarca ama a Laura.

· La voz pasiva indica que el sujeto no realiza dicha acción, sino que la recibe o padece: Laura es amada por Petrarca.

Como se ve, la voz pasiva no dispone de una forma propia, como en el latín, sino que se construye con el verbo ser + participio del verbo conjugado, concordando con el sujeto. De esta manera, las construcciones en voz pasiva son similares a las copulativas:

  • La estatua es descubierta por el arqueólogo
  • La mujer -- es ---- lista ------- por naturaleza


3.6.1. Formas no personales


El infinito, gerundio y participio son las formas verbales que no se pueden conjugar y carecen de la mayoría de los morfemas antes señalados. Son formas mixtas que participan de la naturaleza verbal (por ello, poseen valor aspectual y de voz; y pueden recibir complementos específicos del verbo: CD, CI...) y simultáneamente poseen características propias de otras clases de palabras: el infinitivo participa de la naturaleza del sustantivo, el participio participa de la del adjetivo y el gerundio participa de la del adverbio.


Si nos atenemos a la definición de oración, al ser formas no personales, no pueden tener sujeto gramatical.

-El infinitivo. Forma el núcleo de algunas perífrasis verbales: Vengo de comer con tus padres. Introduce oraciones subordinadas sustantivas: El guitarrista quiso tocar por bulerías (función de CD), estamos aquí para aprender el Sintagma Verbal (función de CC). Y también puede funcionar exactamente como un sustantivo. De esta manera admite número (el andar, los andares), lleva determinantes y adyacentes (ese mirar dulce), y desempeña las mismas funciones sintácticas que un sustantivo.

-El gerundio. Señala la acción sin terminar, realizándose. Forma el núcleo de las perífrasis de gerundio: Anda mirando la tele todo el día. Introduce oraciones subordinadas adverbiales, preferentemente de modo o de tiempo y entonces expresan acciones simultáneas o inmediatamente anteriores a la acción del verbo de la oración principal: Me duele la garganta cantando ópera. Habiendo recogido sus juguetes, el niño se puso a estudiar. Al igual que ciertos adverbios, admite a veces sufijos: andandito, callandito.

Cada vez es más frecuente el llamado gerundio de posterioridad; uso erróneo del gerundio con valor contrario a lo explicado. Cuando escuchamos tuvo un accidente, ingresando en el hospital, sin duda el hablante quiere decir que primero sucedió el accidente y que luego (posterioridad) ingresó; sin embargo, el auténtico valor del gerundio sería que mientras (simultaneidad) ingresaba en el hospital, tal vez para unas pruebas, sufrió un accidente (por ejemplo, se cayó por las escaleras). Así pues, debe evitarse dicho uso con valor de posterioridad.

Además, no debe usarse como equivalente de una coordinada copulativa con valores implícitos de efecto o consecuencia: Los ministros están reunidos, *creyéndose en círculos políticos que... (y se cree..., por tanto se cree...).

-Participio. Es el núcleo de los tiempos compuestos: he trabajado, habíamos trabajado. También es el núcleo de las formas pasivas: soy visitado, ellas son visitadas. A su vez forma el núcleo de las perífrasis de participio: Tengo terminado el libro. Introduce oraciones subordinadas adverbiales preferentemente temporales en construcción absoluta (acabado el mitin, se fueron a tomarse unas copas) o subordinadas adjetivas al acompañar a un sustantivo (el museo construido por Moneo me gusta). En este sentido el participio siempre expresa aspecto perfectivo. Frente al gerundio y el infinitivo, que son formas de voz activa, el participio de los verbos transitivos es una forma pasiva; por lo que puede ir acompañado del complemento agente. También funciona como un adjetivo; o sea, acompaña a un sustantivo con quien guarda las relaciones de concordancia propias del adjetivo (género y número): Buscaremos por toda la casa el libro abierto/las cartas abiertas.




3.6.2. Perífrasis


Son formas verbales compuestas de dos verbos pero que significan una sola acción verbal: voy a escribir un poema, sigo escribiendo un poema, tengo escrito un poema. Su estructura es la siguiente:

Verbo conjugado + (nexo) + forma no personal

El verbo conjugado suele perder total o parcialmente su significado y adquirir un nuevo; v.g., ando buscando una solución a mis problemas no quiere indicar que se esté "andando" mientras se busca la solución.

La unión de los dos verbos en una perífrasis permite al hablante expresar una mayor riqueza de valores significativos: obligación (tengo que estudiar), duda (viene a ser la una de la tarde), etc. Son las llamadas perífrasis modales. A su vez, las perífrasis verbales muestran matizaciones con respecto al aspecto, las perífrasis aspectuales: acción que está a punto de comenzarse (voy a estudiar la lección), acción que acaba de iniciarse (me he puesto a estudiar la lección), acción en proceso (estoy estudiando la lección), acción que se repite (vuelvo a estudiar la lección), acción acabada -aspecto perfectivo- (tengo estudiada la lección).


La estructura que presentan ciertas construcciones puede hacer dudar acerca de si deben interpretarse o no como perífrasis. En unos casos la guía es el contexto, en otros debe recurrirse a procedimientos lingüísticos como la conmutación.


Los verbos que ejercen la función de auxiliares en las perífrasis son de dos tipos:

a) verbos que poseen un contenido semántico propio que mantienen y transmiten a la perífrasis (empezar, acabar, poder, soler...);

b) verbos que debilitan su contenido semántico en la perífrasis pero lo mantiene en otras construcciones (ir, andar, volver...):

-voy a escribir a mi tía (perífrasis ingresiva) / voy a Correos a echar una carta (=me desplazo + CCFinalidad);

-Pepe anda hablando mal de mí (perífrasis durativa) / Pepe anda arrastrando los pies (=camina + CCModo);

-Juan ha vuelto a equivocarse (perífrasis reiterativa) / Juan ha vuelto a buscar sus llaves (=ha regresado + CCFinalidad).


Por otro lado, ciertos verbos como querer, temer, desear, prometer, necesitar, etc., comunican al enunciado un valor modal. Son los llamados verbos semimodales. Y, aunque semánticamente Necesito aprobar equivale a la perífrasis Tengo que aprobar, sintácticamente hay que considerar al infinitivo como una subordinada sustantiva de CD. En este segundo caso, el verbo no personal admite la sustitución por el pronombre átono: Necesito aprobar >> Lo necesito; pero no en el primer caso: Tengo que aprobar >> *Lo tengo (porque en la perífrasis el verbo tener no presenta ninguno de sus significados (poseer, contener, asir...). Una perífrasis constituye una unidad sintáctica indisociable. En cambio, las construcciones de los verbos semimodales presentan independencia de sus componentes, como lo prueba la posibilidad de conmutar el infinitivo por una subordinada con sujeto nocional distinto:Yo temo que Pepe se equivoque / Necesito que tú apruebes. Pero no es posible conmutar Puedo dormir por *Puedo que tú duermas, o Debemos trabajar por *Debemos que tú trabajes.



3. 7. El adverbio

El adverbio es una palabra invariable que se utiliza para modificar el significado del verbo: indica circunstancias de la acción verbal. Su función principal en la oración es ser complemento circunstancial. El adverbio, aunque principalmente modifica al verbo, puede complementar a otras palabras:

· Verbo: Manuel canta mal.

· Sustantivo: Manuel vive calle arriba.

· Adjetivo: Manuel es muy fuerte.

· Adverbio: Manuel pinta bastante bien con la brocha.

El adverbio es una forma invariable, pero algunos admiten sufijos: hoy, bastante, siempre, bien, pero cerca/cerquita, despacio/despacito, temprano/tempranito, poco/poquito. Un grupo característico es el de los adverbios acabados en -mente, los cuales se crean sobre la forma femenina del adjetivo: buena/ buenamente, dudosa/ dudosamente.

Algunos adverbios, cuando van antepuestos a adjetivos o a otros adverbios, presentan una forma apocopada: trabaja mucho/es muy estudioso; tanto va el cántaro a la fuente.../es tan torpe.

Según su significado (las circunstancias que añaden) pueden ser:

· De modo: bien, mal, despacio, aprisa.

· De cantidad: mucho, nada, bastante, poco, algo, demasiado.

· De lugar: aquí, allí, cerca, lejos, enfrente, fuera, dentro, arriba, abajo, alrededor.

· De tiempo: ahora, luego, mañana, hoy, anoche, temprano, pronto, todavía.

· De afirmación: sí, también, sin duda.

· De negación: no, nunca, jamás.

· De duda: quizá, acaso, a lo mejor, tal vez.


Algunos adverbios de cantidad coinciden en cuanto a su forma con determinantes indefinidos: mucho, poco, bastante, todo. La diferencia radica en que los adverbios no admiten morfemas de género y número, y los determinantes sí:

· Adverbios: Habla mucho. Tiene poco. Ya he oído bastante. Me da igual todo.

· Indefinidos: Habla de muchos temas. Tiene poco dinero. Ya he oído bastantes tonterías. Todas las persianas están rotas.

También hay que tener en cuenta a qué palabra acompañan: los indefinidos al sustantivo, y los adverbios a verbos, adjetivos y otros adverbios.


Las locuciones adverbiales

Las locuciones adverbiales son grupos de palabras invariables que funcionan como un adverbio y, por lo tanto, añaden circunstancias a la acción verbal: Lo hizo en un santiamén (‘rápidamente’). Constituyen una unidad que no se puede dividir y se analizan como una sola palabra.

Según su significado, las locuciones adverbiales pueden ser: de tiempo (de vez en cuando, a menudo), de lugar (en medio, en cabeza), de modo (a escondidas, a la chita callando), de afirmación (sin duda, en efecto), de duda o probabilidad (tal vez, a lo mejor), de negación (de ninguna manera, ni por esas).


3.8. Los nexos

Los nexos son palabras invariables que sirven para unir otras palabras, sintagmas u oraciones. Hay dos tipos de nexos, las preposiciones y las conjunciones. Las preposiciones se emplean para relacionar una palabra o un sintagma con otra palabra, convirtiéndolos en su complemento. Las preposiciones son: A, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, so, sobre, tras. También se usan como preposiciones: excepto, mediante, durante. Las locuciones prepositivas son conjuntos de dos o más palabras que actúan como una preposición; por ejemplo: frente a, debajo de, alrededor de, a causa de, por medio de, gracias a, encima de, a falta de, fuera de, etc.

A diferencia de las preposiciones, las conjunciones pueden unir no solo palabras y sintagmas, sino también oraciones. Además, mientras que las preposiciones subordinan siempre el elemento que encabezan, en las conjunciones tenemos dos casos:

•Conjunciones coordinantes. Unen palabras, sintagmas y oraciones del mismo nivel .

•Conjunciones subordinantes. Solo unen oraciones, convirtiendo la oración que encabezan en subordinada de otra oración, llamada principal.

Las locuciones conjuntivas son grupos de dos o más palabras que actúan como una conjunción ( puesto que, etc.).


3.9. Las interjecciones

Las interjecciones son palabras que se pronuncian con entonación exclamativa. Se pueden emplear para expresar sentimientos tales como sorpresa, dolor, alegría, molestia, etc., y también como fórmulas de saludo y despedida.

Las interjecciones pueden ser:

•Propias: palabras que siempre son interjecciones y no pueden ser otra cosa: ¡ah!, ¡oh!, ¡ay!, ¡uf!, ¡ojalá!, ¡hola!

•Impropias: palabras de otra clase (sustantivos, verbos, etc.) y frases que se usan como interjecciones: ¡vaya!, ¡genial!, ¡madre mía!


4. Traslación


En el apartado anterior hemos estudiado las clases de palabras en virtud de su forma, función y significado. No obstante, en el discurso es frecuente que se produzcan desajustes entre la categoría gramatical a la que pertenece una palabra y la función sintáctica que realmente desempeña. Estos pasos de una categoría a otra son denominados sustantivación, adverbialización..., y se engloban bajo el concepto de traslación, concepto general que abarca fenómenos sintácticos de ámbito superior a la palabra.


Para sintetizar los diversos tipos de traslaciones resulta útil partir del enfoque denominado "teoría de los tres rangos". En este enfoque, el sustantivo es considerado término primario, es decir, autoincidente: su esencia consiste en no depender de otros elementos, sino en ser complementado o modificado. El adjetivo y el verbo son términos secundarios, es decir, términos cuya función es modificar o complementar al primario: el verbo corre complementa al sustantivo niño en el niño corre; el adjetivo moreno complementa al sustantivo niño en el niño moreno. El adverbio es el término terciario, pues su función es modificar a los términos secundarios y a sí mismo: el adverbio deprisa complementa al verbo corre en corre deprisa; el adverbio muy complementa al adjetivo moreno en muy moreno. Esto significa que se consideran traslaciones todas las estructuras sintácticas en las que un elemento desempeña una función distinta a la de su rango: el complemento del nombre (sustantivo en función de adjetivo); los sintagmas nominales en función de complementos circunstanciales (sustantivo en función de adverbio); las proposiciones subordinadas de cualquier tipo, pues pierden el carácter de mensaje autóctono propio de la oración para funcionar como sujeto, CD, etc.


5. Expresiones fraseológicas


Las lenguas poseen un gran número de expresiones fijas, denominadas modismos, frases hechas, lexías complejas o locuciones. Es conveniente conocerlas para enriquecer nuestro vocabulario. Las encontramos cuando se combinan varias palabras que funcionan como oración o elemento oracional y cuyo sentido no se corresponde con la suma de sus significados: de tomo y lomo, echar leña al fuego, irse por los cerros de Úbeda...

Así, frases como Me he metido en la boca del lobo o Mi empresa va viento en popa no se deben entender en un sentido literal, sino que adquieren un significado específico asociadas a otras, en este caso, "exponerse sin necesidad a un peligro" y "prosperar". En muchos casos se hace necesaria la ayuda del contexto comunicativo para poder interpretar su significado.


Podemos establecer dos tipos fundamentales:

a) Lexías textuales: se originan por la lexicalización de una oración, como frases hechas (Has puesto el dedo en la llaga, No hay moros en la costa), refranes (De tal palo, tal astilla), etc.

b) Lexías complejas o locuciones: se trata de varias palabras que, a pesar de escribirse separadas, forman un grupo fónico y sintáctico sólido: de manera que, por el contrario, mesa camilla... La composición por sinapsia o disyunción pertenecen a este grupo.

-locuciones nominales: desempeñan la función de un sustantivo, es decir, núcleo de un sintagma nominal (libre albedrío, patria potestad);

-locuciones verbales: ejercen la función propia de los verbos, núcleos de los sintagmas verbales (echar de menos, echar en falta, caer en la cuenta, hacer saber, estar de acuerdo, hacer la vista gorda); a diferencia de la perífrasis, no siempre están constituidas por dos formas verbales;

-locuciones adjetivas: funcionan como los adjetivos, es decir, son adyacentes, atributos, complementos predicativos (de película, duro de oído, de miedo, sin igual);

-locuciones adverbiales: ejercen las funciones propias de los adverbios (de repente, a oscuras, a las mil maravillas, sin tono ni son, tal vez);

-locuciones prepositivas: funcionan sintácticamente como las preposiciones, es decir, de enlace en una construcción preposicional (junto a, acerca de, con miras a, por vía de, por espacio de, con relación a);

-locuciones conjuntivas: desempeñan la función de nexo (sino que, una vez que, dado que, a fin de).

6. Actividades de regalo


1) [PAU 2015] Explique el procedimiento de formación y los tipos de morfemas que componen las palabras subrayadas y destacadas en letra negrita en el texto: a) maltratados; b) teclado; c) tableta; d) desconocido.


2) Señala las proposiciones subordinadas creadas con formas no personales del texto.

En cuanto los milicianos salieron, Rómulo les advirtió, anticipándose discretamente a su extrañeza, que cada día haría una inspección completa del palacio para prevenir posibles peligros de fuego y, que además, como era la casa tan grande, tenía el temor de que pudiera esconderse algún fugitivo entrando clandestinamente por la noche. “De eso -dijo sonriendo-, me harían ustedes responsable a mí y con razón.” Ruiz le puso una mano en el hombro. Le gustaba repetir aquella prueba de familiaridad.

-Por nosotros, puedes dormir tranquilo. Tú eres un hombre del pueblo, uno de los nuestros.

Volvió Rómulo a su vivienda y después fue a conectar el teléfono. Estaba engañando a los milicianos y el compartir la clandestinidad de la duquesa le daba un placer casi físico.

Ramón J. Sender, El rey y la reina, Destino.



7. Actividades voluntarias


1) Cambia los infinitivos señalados por un sustantivo sin que varíe el significado:

· Los actores ya están listos para rodar.

· Su dulce mirar nos cautivó a todos.

· Antes de partir, Álvaro nos regaló su juguete preferido.

· Les encanta pasear.

· Después de romper, Joaquín y Salomé volvieron a salir juntos.


2) Sustituye los elementos en negrita con construcciones de infinitivo, gerundio y participio sin que varíe el significado:

· Cuando volvió su hermano, escondió los libros.

· Cuando abandonó el hospital, se marchó al campo.

· Cuando llega la noche, pasea el conde.

· Cuando sale el sol, se acuesta.


3) Señala las perífrasis verbales de estas oraciones. Sustitúyelas por una sola forma verbal (Estoy pensando en las vacaciones ---- Pienso en las vacaciones):

Tienes que decir la verdad. Estoy terminando, espérame. Me he leído ya el libro. ¿Quieres que te lo devuelva? Una sesión de teatro viene a durar unas dos horas. Se puso a cantar como nunca lo había hecho. Ya llevo leídos los diez primeros poemas del libro de Manuel García. El jugador fue sustituido por su compañero. Acabo de comer un plato de langostinos.

4) Explica el significado de las siguientes locuciones adverbiales y crea oraciones con cada una de ellas: a manos llenas, a hurtadillas, a pie juntillas, de miedo, a lo grande, a lo loco, a ciegas, a tontas y a lo locas, por lo menos, con frecuencia.


5) Analiza la función de las formas no personales que aparecen en el siguiente fragmento:

Un hombre tocó la campana.

Al mozo y la vieja se les retorció doloridamente la vida; pero el hombre tocaba la campana como todos los días.

Las mujeres gritaban y oprimían al chico, llamándole, presentándole a los hijos pequeños para que los besara, y él besó gorritas, lágrimas, botones, tocas, palabras...

La mano membruda y sabia del recadero lo subió de un puñado del hombro. El chico le sonreía blandamente sin decir nada, sin ver nada. Partió el tren. Los brazos secos de la abuela se alzaban implorando al hombre del lunar que cuidase del chico, y el hombre miraba triunfalmente la tribulación de la viejecita, el espanto del nieto, y toda la vida, que entonces le parecía un costalico de los que él manejaba con tanta holgura.

Y ya el tren en medio de la mañana campesina, volviose el cosario y dijo, mordiendo su cigarro de leña hedionda:

-¡Y ahora, a ser hombre!

-¡Sí, señor, sí!

Y Sigüenza pensó: ¡Qué prisa, señor!

Y cuando venga traerá ropas grandes y se marchará pronto y contento, y habrá ya muerto la viejecita...

Gabriel Miró: Libro de Sigüenza, Eduardo Domenech


6) [PAU 2015] Analice sintácticamente el fragmento siguiente: Para limpiar el cerebro de esa basura también existen dietas muy variadas.

7) [PAU 2017] Analice cómo están formadas las siguientes palabras del texto: budistas, misteriosas, inmigrantes, armamento.

8) [PAU 2017] Indique qué secuencias de las subrayadas y en negrita en el texto son perífrasis verbales y cuáles no: a) se podría decir que el smartphone es una extensión del cuerpo; b) algo que en ese mismo vagón de metro se puede observar al ver mover los pulgares que pasan página; c) podríamos recordar aquel llamado de Bauman cuando pedía volver a empezar; d) fuera de la gestión en la que se debería operar un cambio real.

9) [PAU 2017] Indique la función sintáctica que ejerce cada uno de los pronombres subrayados y en negrita en el texto: a) cuando este le da algunas indicaciones, le dice: “Pero vamos a ver…”; b) dedicaba su tiempo a grabarse mientras hace este tipo de bromas; c) la respuesta tampoco está solo en endurecer leyes que, muchas veces, ya son rígidas; d) cuando perciban la soledad de no recibir un “me gusta”.

10) [PAU 2017] Explique el significado* de las palabras subrayadas en el texto [de J. R. Jiménez]: huerto, plácido, encalado, errará.

[*Es recomendable no utilizar el diccionario]


…Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros

cantando;

y se quedará mi huerto, con su verde árbol,

y con su pozo blanco.

Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;

y tocarán, como esta tarde están tocando,

las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron;

y el pueblo se hará nuevo cada año;

y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,

mi espíritu errará, nostáljico…

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol

verde, sin pozo blanco,

sin cielo azul y plácido…

Y se quedarán los pájaros cantando.


11) [PAU 2014] Indique la clase y la función de los siguientes pronombres, subrayados en el texto: a) nos; b) quien; c) Nadie; d) que.

“De Mandela, en cambio, nos interesa todo […]. La intensidad de nuestro interés nos da la medida de lo muy necesitados que todos estamos de creer en lo que Mandela representa: alguien a quien la adversidad no doblegó, a quien el odio no envenenó. Nadie parece confiar en los políticos: la frase “todos son iguales” es el lema de moda. Y los únicos que parecen un poco menos iguales, justamente, son los que preconizan las hogueras purificadoras”.

12) Copia la definición de rebeca que trae el diccionario de la RAE y razona si es un epónimo.


13) Observa la palabra poco (y sus distintas formas) en esta oraciones y explica a qué categoría gramatical corresponde:

a) Son pocos los que dan propina.

b) Quedan pocas semanas para los exámenes.

c) ¿Quieres más? Sí, pero muy poco.

d) Es poco alto par acceder a esa atracción.


14) Lee el texto y realiza las actividades:

Casares se acercó a Lulú a invitarla a bailar.

- Oiga usted, negra -le dijo.

- ¿Qué quiere usted, blanco? -le preguntó ella con descaro.

- ¿No quiere usted darse una vueltecita conmigo?

- No, señor.

- ¿Y por qué?...

- Porque no me sale… de dentro -contestó ella de una manera achulada.

- Tiene usted mala sangre, negra -le dijo Casares.

- Sí, que usted la debe tener buena, blanco -replicó ella.

- ¿Por qué no ha querido usted bailar con él? -le preguntó Andrés.

- Porque es un boceras; un tío antipático que cree que todas las mujeres están enamoradas de él. ¡Que se vaya a paseo!

Siguió el baile con animación creciente y Andrés permaneció sin hablar al lado de Lulú.

Pío Baroja: El árbol de la ciencia, Madrid, Cátedra

a) Comenta las modalidades que predominan en los enunciados del fragmento. Trata de explicarlas en relación con la tipología textual, el contenido y la intención comunicativa del emisor.

b) Localiza las marcas lingüísticas propias de la lengua oral.

c) Explica la función sintáctica que desempeñan los pronombres subrayados.

d) Localiza y clasifica las perífrasis verbales.


15) Lee el texto y realiza las actividades:

Vulnerabilidad, marginación y pobreza son las causas que llevan a la prostitución, no sus consecuencias. La prostitución cursa con la feminización de la pobreza. Las mujeres del tercer mundo vienen a nuestros países por la pobreza de los suyos. Vienen al primer mundo, alentadas o engañadas por las mafias de traficantes, para mejorar su vida y, sin embargo, terminan dentro de la prostitución como horizonte vital. La mayoría no salen de ese mundo también por la pobreza, porque tienen que mantener y cuidar a su familia, porque tienen que pagar deudas a quienes las están explotando. Busquemos donde busquemos es el rostro de la pobreza y la indefensión lo que podemos ver en los de todas estas mujeres explotadas y traficadas. ¿Regularizar la prostitución las ayudaría?

A. Valcárcel: "La prostitución es un modo de vida deseable?", El País, 21-05-2007

a) Señala los sustantivos derivados del fragmento, indica el lexema y el sufijo de cada uno. Indica el tipo de palabra de la que proceden.

b) Los términos tercer mundo y primer mundo ¿son palabras compuestas? ¿De qué tipo de palabras compuestas se trata?

c) Forma palabras parasintéticas a partir de los siguientes sustantivos: pobreza, deuda, susto y cárcel. Analiza la estructura interna de la palabra resultante.


16) Lee el texto y realiza las actividades:

La catedral es fina, frágil y sensitiva. La dañan los vendavales, las sequedades ardorosas, las lluvias, las nieves. Las piedras areniscas van deshaciéndose poco a poco; los recios pilares se van desviando; las goteras aran en los muros huellas hondas y comen la argamasa que une los sillares. La catedral es una y varia a través de los siglos; aparece distinta en las diversas horas del día; se nos muestra en distintos aspectos de las varias estaciones. En los días de espesas nevadas, los nítidos copos cubren los pináculos, arbotantes, gárgolas, cresterías, florones; se levanta la catedral entonces blanca sobre la ciudad blanca. En los días de lluvia, cuando los canales de las casa hacen un ruido continuado en las callejas, vemos vagamente la catedral a través de una cortina de agua. En las noches de luna, desde las lejanas lomas que rodean la ciudad divisamos la torre de la catedral, destacándose en el cielo diáfano y claro. Muchos días del verano, en las horas abrasadoras del mediodía, hemos venido con un libro a los claustros silenciosos que rodean el patio: el patio con su ciprés y sus rosales.

José Martínez Ruiz: Castilla, Madrid, Losada


a) Justifica la modalidad textual atendiendo a las categorías gramaticales usadas.

b) Justifica si es un texto subjetivo u objetivo.

c) Sustituye los sintagmas preposicionales por un adjetivo: días de lluvia, noches de luna, cortinas de agua, días de verano.