Innovación&Educación

"El cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender."

(Plutarco)

¿Qué pasa cuando mezclamos innovación, formación, tecnología e investigación con metodologías activas?

Cuando hablamos de que necesitamos cambiar, cambiar una metodología, unas herramientas, unos contenidos, unas rutinas o incluso las relaciones que se establecen entre familia, alumno y centro, estamos realmente hablando de uno de los principios esenciales de la educación: la innovación.

Y si además, somos capaces de hacer un verdadero estudio de la realidad de nuestras aulas y a partir del mismo somos capaces de hacer algo diferente por intentar cambiar aquello que se puede mejorar, que se puede modificar para alcanzar otros logros, o simplemente que nos permite que el proceso de enseñanza aprendizaje sea algo más cercano, vivenciado, atractivo y útil para nuestro alumnado estamos cumpliendo con uno de los objetivos primordiales de la innovación: la investigación, esa necesidad de una actitud experimental dentro del aula.

Y es, en este punto, donde la formación del profesorado juega uno de los papeles más importantes a la hora de introducir nuevas metodologías o, más bien, metodologías activas dentro del aula. La formación aparece como el instrumento más potente para conectar la realidad de nuestros alumnos con la dimensión institucional de la innovación, considerando el centro educativo como unidad básica del cambio, en cuyo eje central estaría el profesorado.

Nuestra intención es reflexionar sobre la distancia que existe entre las propuestas de las nuevas metodologías activas y la realidad que se vive en nuestros centros educativos.