Preámbulo

Esta secuencia didáctica es deudora del proyecto Callejeros literarios.

Imagen: Estatúa de niño leyendo.

Pueblan rincones, esquinas, plazas, parques de nuestras ciudades… Son como hitos, jalones, “marcas de posición” donde quedar, que señalan hacia donde queda América o que nos sirven de referencia para situar el mejor bar de tapas. Son las esculturas, las estatuas, placas, monumentos... ¿Por qué se han hecho?, ¿en memoria de qué o quién?

En toda localidad, a lo largo de la historia, se ha ido conformando un catálogo escultórico en homenaje a personas, hechos, seres mitológicos, representaciones religiosas, valores, etc.

Las estatuas, como escribió Miguel Laborde, “conmemoran los que tienen fe en el futuro. Por lo general pasan algunos años, luego de un hecho o la muerte de un personaje, antes de alzarse un monumento. Quienes lo levantan dejan un mensaje sólido al futuro: No se olviden. (…) Son un deseo de trascendencia”.

Leamos, pues, los mensajes de nuestros antepasados y conciudadanos… Ve (de ver y de ir) en tu ciudad por la escultura a la literatura.

Este proyecto pretende a través de "Itinerarios escultóricos” por nuestra ciudad ayudarnos a conocer mejor nuestra escultura urbana y su localización, a recuperar el sentido –a menudo olvidado- con el que se levantaron esas estatuas, recordar qué y a quiénes admiraban y valoraban nuestros conciudadanos y acercarse a las obras que produjeron, a enorgullecernos de todo ello y a compartir ese conocimiento.

Secuencia didáctica realizada por Carlos Diez Castrodeza (carlosdiez63@gmail.com) y Marcos Cadenato Matía (mcadenato@gmail.com).