LOS SATÉLITES ESPAÑOLES.

Se entiende por satélites españoles los ingenios orbitales que son  "titularidad" de algún organismo o institución pública o privada  español y no necesariamente fabricados y mucho menos lanzados, desde territorio nacional.

El equipo humano que participó en el proyecto del primer satélite español.

El primer satélite artificial español fue el Intasat, desarrollado por el INTA y lanzado de forma gratuita por EEUU desde Vandenberg, en California, el 15 de noviembre de 1974. Ver más detalles sobre este satélite en el apartado "los cohetes del INTA. El Intasat sería el único satélite español hasta que veinte años más tarde se pondría en órbita del primer satélite de telecomunicaciones y de televisión español, el Hispasat 1A, en el año 1992. España se estaba preparando para grandes acontecimientos como fueron la Expo de Sevilla y la olimpiada de Barcelona, y por tanto el país experimentó  un gran desarrollo en el aspecto de las comunicaciones. El primer Hispasat se pondría en órbita a finales de 1992, no llegó a tiempo para los Juegos Olímpicos de Barcelona, pero sí para el festival de la OTI que se celebró en Valencia, demostrando claramente que el proyecto Hispasat estaba enfocado claramente hacia hispanoamérica; el festival fue visto desde Nueva York hasta Tierra de Fuego. Al año siguiente, en 1993, le acompañaría el Hispasat 1B y a partir de aquí el número de satélites españoles aumentó de forma significativa, llegando Hispasat a ser  uno de los grandes operadores de satélites a nivel mundial. La lista de los satélites de telecomunicaciones, tanto de Hispasat, como de su filial Hisdesat, están indicados en la primera tabla. El centro de control Hispasat y las oficinas generales se ubicaron en Arganda del Rey. 

En 1980 surgieron en Norteamérica los primeros satélites geoestacionarios de difusión directa para la televisión y el interés mostrado en Europa llevaría al Viejo Continente a tener asimismo sus primeros satélites de este tipo seis años más tarde. En España se aprobaría un proyecto de satélite para la TV y las telecomunicaciones en 1989 y así se constituiría la Sociedad Hispasat SA, y si bien fue iniciativa pública, estaba claramente enfocado al sector privado, por lo que mas tarde Abertis y después REE, adquirirían la mayor parte de las acciones. Hoy, REE, (Red Eléctrica de España), es el octavo operador de satélites de telecomunicaciones del mundo. El objetivo fue crear una empresa rentable, comercializando su uso y servicios, llegando Hispasat S.A. a ser uno de los grandes operadores del sector. En una época aún sin internet, los satélites Hispasat estaban pensados para las telecomunicaciones en América latina, y a parte de los usos televisivos en sí, poder abarcar servicios de teleasistencia o educación en zonas donde no podía llegar la fibra óptica. En la actualidad, Hispasat abarca la telemedicina, la televisión 4K, la videoconferencia, las redes VSAT, la geolocalización e incluso, la conectividad de datos para el internet de las cosas. Hispasat fue el primer satélite europeo puente con América y con la segunda generación de satélites, a partir del C, la compañía entró en las comunicaciones en la red Internet. Con los satélites de la serie "Amazonas", Portugal y Brasil entran a formar parte del proyecto y así, en Brasil se constituiría la filial Hispamar. El primer Amazonas se situaría en la posición de 60 grados oeste, siendo el primer satélite europeo colocado en zona brasileña. Junto a  los satélites Hisdesat, filial española de Hispasat -y destinada a las comunicaciones gubernamentales-, se llegó a cubrir las 2/3 partes del planeta puesto que el Xtar y Spainsat, se colocaron a 30 grados este y 30 grados oeste respectivamente. Hisdesat fue la primera empresa de telecomunicaciones en comercializar la banda segura X con un sistema novedoso de antenas multihaz configurables. Spainsat tiene 6 metros de alto, 31 metros de envergadura de paneles solares y pesa 4 toneladas, (los primeros Hispasat pesaban 2 toneladas con una envergadura de paneles de 22 metros). Resulta curioso que a causa de la gran envergadura de dichos paneles extendidos y a pesar de estar ubicados a 35.600 kilómetros de altura, a los Hispasat se les pueda llegar a ver con prismáticos del 10x50 a causa  del brillo que los mismos llegan a  producir.

En 1995 se pondría en órbita el primer satélite universitario, el UPMSat, de la Universidad Politécnica de Madrid, de quien depende el Instituto “Ignacio Da Riva”, un referente en los estudios de microgravedad, y por ello, entre los experimentos a bordo se encontraba un puente para el estudio de la dinámica de fluidos en condiciones de microgravedad desarrollado por la institución. El UPMSat-1 se convertiría en el tercer satélite español y la universidad madrileña repetiría la experiencia 25 años más tarde con el UPMSat-2, que sería enviado al espacio el 3 de septiembre de 2020 tras varias demoras debidas al cohete lanzador, a la meteorología adversa e incluso, al cierre de la Guayana francesa a causa del Covid-19. (Más sobre el UPMSat-2 en el apartado correspondiente en "Taller de Satélites").

Desarrollado por el Instituto Universitario de Microgravedad "Ignacio Da Riva", perteneciente a la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos de Madrid (Universidad Politécnica de Madrid) y con la colaboración de varias instituciones y empresas del sector, el UPMSat-1 tenía forma de cubo de 0,5 metros de lado y un peso de 50 kilogramos; además de albergar como carga útil el experimento de puente de fluidos, también se probó en el mismo nuevas tecnología en paneles solares y de control de actitud. Se lanzó conjuntamente con el Helios 1, un satélite francés en el que también colaboró España. El proyecto fue impulsado por el profesor Ignacio Da Riva, desgraciadamente, el proyecto tardó cinco años en llevarse a cabo y D. Ignacio no llegó a verlo hecho realidad; la cátedra de microgravedad lleva su nombre. Como mencioné, veinticinco años más tarde la Politécnica de Madrid repetiría la experiencia con el UPMSat-2, destinado  para fines tecnológicos y educativos, de tamaño algo mayor que su antecesor, tiene la particularidad de que su telemetría es transmitida en frecuencia libre de radioaficionado, accesible a entusiastas de todo el mundo.

A la izquierda, parte del equipo humano de la UPM con el UPMSat-2; a la derecha el UPMSat-1.

El año 1997 fue el año del interesante proyecto del INTA Minisat, un satélite que cosecharía gran número de anécdotas, como por ejemplo, ser el único satélite lanzado desde territorio nacional y desde Europa Occidental, (en concreto desde Canarias), gracias al uso del cohete Pegasus que permite lanzar satélites desde un avión. Además, dicho cohete, perteneciente a la empresa norteamericana Orbital, fue desarrollado por un equipo en el que formaba parte el español Antonio Elías. D. José María Hoyos fue el gran impulsor de este proyecto así como el de lanzarlo en Canarias. El diseño y la fabricación ha sido autóctona y  su carga útil estaba destinada a varios proyectos: estudios del espectro ultravioleta  por parte de la Universidad de Berkely, puente líquido en microgravedad por el Instituto Ignacio Da Riva, sensores para la investigación de radiación gamma según los estudios del científico Denis Sciana y dispositivos tecnológicos por parte de CASA. Fue un proyecto multipropósito y modular de relativamente bajo coste y de rápida integración. El lanzamiento fue controlado desde Maspalomas y transmitido en directo por TVE. También y junto al satélite, se envió al espacio las cenizas del creador de Star Trek, Gene Roddenberry, razón por la cual se encontraba en Canarias su hija. El satélite se desintegraría en la atmósfera tras cumplir su misión en el año 2002. Aquí el Minisat expuesto en octubre de 1996 en el recinto ferial Luis Adaro de Gijón en donde se presentó oficialmente con motivo de las XII Jornadas Estatales de Astronomía.

El UPMSat-1 y 2 y el Minisat se encuentran en la segunda tabla junto a los Nanosat 01 y 1B. Los nanosats fueron desarrollados por el INTA en colaboración con varias universidades, de unos 20 kg. cada uno, serían puestos en órbita principalmente para la experimentación en las telecomunicaciones con la base Antártida Juan Carlos I y con el buque Hespérides. Con estructura en forma de prisma y las caras cubiertas de paneles solares, fueron puestos en órbita polar a 650 Kms. para poder recoger  datos a su paso sobre las bases antárticas y posteriormente descargarlos al sobrevolar Madrid o Maspalomas. Hay que tener en cuenta que las comunicaciones con los polos no resulta tan sencillo puesto que los satélites geoestacionarios no abarcan dichas regiones, de ahí el interés por este tipo de experimentos. Los nanosat también llevaban dispositivos nanotecnológicos como sensores solares, magnéticos y dispositivos internos de comunicaciones ópticas para sustituir a los complicados y pesados cableados eléctricos. La diferencia del 1B, algo más pesado que el 01, fue su antena de UHF cuadrifilar para comunicaciones con estaciones móviles, además de llevar un detector de protones para la medición de la radiación en ambiente espacial, sensores de radiación y el "Vectorsol", un sensor solar para orientar al satélite. A la hora de escribir estas líneas, el Nanosat 1B seguía en activo y una maqueta del mismo se instaló en el barrio del INTA en Torrejón de Ardoz.

Llegamos a los primeros satélites privados españoles gracias a la empresa Deimos Space, con sede en Ciudad Real, (Tabla dos). El Deimos 1, de fabricación británica, sería adquirido por la empresa siendo el primer satélite totalmente comercial de Europa destinado a la obtención de imágenes de la Tierra en falso color con una resolución de 22 metros en tres bandas, R, G y NIR (rojo, verde e infrarrojo cercano). Al Deimos 1 le seguiría en 2014 el Deimos 2, un satélite que en esta ocasión sería ensamblado en las mismas instalaciones de Puertollano junto a la empresa Satree de Corea del Sur. Deimos 2 tiene  la capacidad de obtener imágenes de la Tierra en el espectro visible y en alta resolución de forma multiespectral con una resolución de 75 cms. El satélite  es muy similar a los Dubaisat, de 310 kg., lleva un telescopio de 40 cms., con cuatro espejos para detectar cuatro bandas, R, G, B y NIR, es decir, con capacidad para observar en alta resolución y en el espectro visible al combinar los filtros rojo, verde y azul demás del infrarrojo cercano. La estación de recepción está ubicada en las instalaciones de Puertollano, si bien, también se pueden recibir datos desde la estación receptora de satélites en Svalbard, Noruega.

A partir de 2012 el número de satélites españoles aumentó considerablemente a causa de las posibilidades que ofrecen los satélites denominados cubesat, los cuales llegarían a ser el standard ideal para universidades y empresas start-up,  es decir, pequeños satélites para la investigación y para los nuevos negocios del espacio. Un cubesat de estas características tiene unas medidas de 10x10x10 cms. y un peso entorno al kilo, aunque se pueden ensamblar varios para formar un satélite de mayor capacidad según la configuración 1U, 2U, etc. La Universidad de Vigo llegaría ser un referente en este sector, asimismo la Universidad Politécnica de Cataluña, la empresa catalana Aistech, la Universidad Politécnica de Madrid y el INTA originarían que  el número de satélites españoles aumentase de forma espectacular en tan sólo unos pocos años, como podemos ver en la tabla número tres. Por otra parte, surge un nuevo y joven proyecto, Fossa Systems, que pondría en órbita un nuevo tipo de satélite, el picosatélite, de tan sólo 5 cms. de lado,  con el fin de "democratizar el espacio" y hacerlo accesible de forma barata para el uso de internet de las cosas gracias al económico pero fiable sistema de comunicaciones LoRa. Además y junto al UPMSat-2 mencionado, fueron lanzados 52 satélites más en la plataforma SSME del cohete Vega de Arianespace, dos de los cuales fueron los cubesats 3Cat 5 A y B de la Universidad Politécnica de Cataluña. El gaditano Julián Fernández, a la derecha, es el promotor de la start-up madrileña Fossa Systems y Jordi Puig-Suari, a la izquierda, catalán  afincado desde hace muchos años en EE.UU., el pionero que originó, junto a sus colegas norteamericanos, la gran fiebre de los cubesats. El primer cubesat del mundo se lanzó en el año 2003 y cinco años más tarde ya se habían lanzado 75, incluso la gran industria aeroespacial se interesaría por este tipo de satélites al ser más fáciles de integrar y requerir menos desarrollo, tiempo y costo, aunque con tal auge se ha complicado la burocracia, las autorizaciones y las certificaciones. Al menos 50 universidades de todo el mundo ya han lanzado su cubesat, un gran número de países de América latina y Asia y unos cuantos grupos de entusiastas y radioaficionados, siendo en estos momentos tan difícil tener un listado actualizado de los cubesats en activo que surgieron iniciativas de aficionados a nivel global  para  efectuar un rastreo continuo de los mismos.

El  último satélite gubernamental en órbita perteneciente a España es uno de los  grandes satélites para la observación de la Tierra en alta resolución, el  “Paz” (Seosar), que gestiona Hisdesat y que escanea la Tierra con un radar de apertura sintética. Por desgracia y como a veces puede ocurrir en los lanzamientos, el posterior satélite de observación de la Tierra y que complementaría el sistema en el espectro visible, el "Ingenio" (Seosat), se destruyó durante el despegue del cohete Vega que lo intentó poner en órbita el 17 de noviembre de 2020.  "Paz" y el desafortunado "Ingenio" son proyectos que forman parte del programa nacional de la observación de la Tierra. España es el tercer país europeo en tener un gran satélite radar de aplicación dual y a punto estuvo de ser el primer país de Europa en tener los dos sistemas al unísono, el radar y el óptico. Paz tiene una resolución de 1 metro e Ingenio lo iba a tener de 2,5 metros. La información de Paz es recibida en las estaciones de Maspalomas, Gran Canaria y en Torrejón (Madrid), en dónde se levantó un nuevo edificio  para su control. 

Paz está gestionado por Hisdesat y proporciona información principalmente para la defensa si bien, también tiene variadas aplicaciones civiles como cartografía, meteorología, control de fronteras, urbanismo, observación de la contaminación, vertidos, seguimiento marítimo, medioambiente, geología, agricultura... un uso peculiar puede ser la obtención de imágenes de piscinas ilegales, uno de tantos servicios que las comunidades autónomas pueden solicitar. El radar SAR, ensamblado en España por CASA Espacio junto a Indra, -con experiencia en sistemas similares para la ESA-, funciona en el rango de microondas con haces móviles, es decir, aún siendo una  antena fija, barre de forma oblicua para emitir y recibir señales en diferentes ángulos y así obtener una ingente cantidad de datos que tratados puede medir distancias y alturas. En realidad, no son imágenes de superficie, es información que posteriormente se procesa en imágenes en alta resolución tanto de día como de noche o con cielo nublado. Paz está basado en los TerraSar y Tandem, de la misma plataforma Astrium, que forman pareja orbital a la que también se unió Paz formando una constelación, separados unos cientos de metros entre ellos, conjuntamente proporcionan  imágenes tridimensionales. El panel solar genera nada menos que 1 Kw y está ubicado en una sola cara, -como podemos ver en la imagen- que siempre mira al Sol, por lo que el satélite se guía por las estrellas y por GPS para mantener la posición. También llama la atención la cantidad de datos que transmite, 256 Gigabits a una velocidad de 300 megabits de bajada en banda segura.

Abajo a la izquierda podemos ver  al potente satélite PAZ, y a la derecha al desafortunado INGENIO. Ingenio iba a estar gestionado por el CDTI y estaba destinado a proporcionar imágenes ópticas multiespectrales de alta resolución, el primero de este tipo desarrollado por iniciativa pública. Construido por EADS-CASA y destinado a la cartografía, urbanismo, agricultura, análisis forestal, recursos acuíferos, análisis del cambio climático, riesgos naturales y experimentos varios.  Como se ve en la imagen, tenía dos cámaras ópticas, de 3,6 metros de focal construidas por Sener. 

Para finalizar, no están incluidos en las tablas a los satélites de observación Helios, ya que si bien son de uso diario por parte del Centro de Sistemas Aeroespaciales de Observación del Ejército del Aire (CESAEROB), forman parte de un proyecto entre varios países europeos pero de financiación mayoritariamente francesa. El primer Helios se lanzó en 1995 y después siguieron el 2A y el 2B así como los Pleiades 1A y 1B. La sede del CESAEROB está ubicada en Torrejón de Ardoz. Destacar asimismo que dos importantes organismos europeos dedicados a los satélites también se han instalado en Torrejón: El Centro de Satélites de la Unión Europea (SatCen), destinado al análisis de imágenes satelitales en apoyo a la política exterior y de seguridad común y el Centro Europeo de Navegación por Satélite del sistema Galileo, que se trasladó recientemente del Reino Unido a España a causa del brexit.

Los carteles de la exposición del espacio:  listas de satélites españoles y grandes paneles informativos.

Carrrusel de imágenes de los satélites anteriores impresos en 3D presentes en la exposición del espacio.